Entre ayer y hoy leí en el último libro de U.E. A passo di gambero un artículo que trata lo ridículo que puede llegar a ser el Politically Correct, sobre todo cuando no se tienen en cuenta las proporciones.
Esto es: si yo convivo con un individuo que destaca por el tamaño de sus orejas (y si es que de un modo u otro me pareciera digna de atención tal característica), puedo llegar a decirle orejón. Sin embargo, el orejón tiene derecho a solicitar que se le llame de otro modo, tal vez por su nombre, o por otro apodo que le haga más gracia, si el que uso de "orejón" le disgusta o hace sentir incómodo.
Yo creo que lo Politically Correct tiene que ver con algo distinto a usar términos más amables. La diferencia entre decir que Fulano es ciego o es invidente no es tanta, porque el foco sigue estando en esa característica, y no en Fulano.
También leí otro sobre la educación privada, pero todavía no sabría asentar mi opinión al respecto. No creo en el elitismo por sí mismo, pero sí en que deba haber modos de evaluación del crecimiento, que distingan a los que no han llegado a ciertos niveles.
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