11 de julio de 2007

La lectura perpendicular

Hoy es día de atentados terroristas en instalaciones de Pemex. Bueno, según esto también el cinco de julio, día en que las "autoridades" explicaron que se había tratado de una falla... El Astillero dice que seguramente estos actos son para "enterrar" el asunto del chino Zhenly y sus dineros sobrantes de la campaña de FC, y tiene toda la lógica. El problema de los atentados es que siempre son contraproducentes para las causas de los que supuestamente los perpetran. Siempre logran hacerle le juego a la derecha radical que inmediatamente aprovecha la pelota para meterle cientos de goles a sus opositores políticos, por medio de la fuerza. Pobres "terroristas" que paradójicamente quieren "cambiar las cosas" con actos impactantes y "sólo" reciben endurecimiento por parte de quienes quisieran ablandar. ¿Estupidez o complicidad? ¿Ambas?

En algo desconectado de los acontecimientos nacionales, el nombre de este blog surgió por una cuestión romántica. Yo le decía a D, que la línea temporal se extiende infinitamente hacia el futuro y el pasado de una manera que podríamos denominar horizontal, cosa bastante fácil de imaginar. Pero lo que nadie en el mundo, aparte de nosotros, puede ver facilmente, es cómo el amor que siento hacia ella es otro infinito que cruza perpendicularmente al del tiempo (musica cursi).

Pensando en ello, creo que la lectura se da también en dos planos, el horizontal y el vertical; el primero puede medirse en letras, espacios o columnas, y si nos alcanzara la extensión espacial, tal vez podría ponerse todo en una sola larga frase 100% horizontal. Situación ideal que emularía la verdadera naturaleza del acto de escuchar (que se da en el oido, y es estructuralmente distinto de la vista). Pero como el espacio no es infinito, hay que moverse verticalmente (o sea perpendicular al orden de las palabras) y poner nuevas líneas, páginas, y toda clase de conglomerados de páginas de distintas extensiones.

Así pues, concluyo genialmente: decir que leí un libro, quiere decir que hice cierta lectura vertical, o perpendicular, que se traduce en muchas palabras, y esto a su vez en mucha horizontalidad. Por lo tanto las dos lecturas no se excluyen, de manera similar que con mi situación sentimental, en la que mi infinito amoroso no excluye al del tiempo, sino que se le suma (aunque la adición de infinitos da...).

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