la pregunta permanente

Cuando escribo, de repente, sigo preguntándome: ¿para quién lo hago? Si sólo fuera para mí, ¿por qué hacerlo aquí, donde cualquiera, desde cualquier punto de la gran red puede leerme?

Si es para alguien en particular, ¿para quién es? Una respuesta fácil es: para mi amada. Sin embargo, si sólo fuera para ella, ¿por qué no usar el mail?, ¿por qué no cartas a la antigua?, y sobre todo: ¿por qué no escribir dirigiéndome directamente hacia su deliciosa persona y personalidad?

¿No? ¿O sí? En realidad escribo para mí, y para ella, y para quién quiera perder su tiempo revisando mis pequeñas ideas, y tal vez dejando sus comentarios.

¿Es decir que escribo para todo el mundo?, pues sí, para un mundo de personas interesadas en el registro de los días, semanas, meses, años, etc, de algunos individuos, y de sus posibles interpretaciones.

¿Es acaso para la Historia, para la Posteridad? Ja. ¿En un medio efímero que cualquier día destos desaparece?

La conjunción "Y" es muy importante aquí, pues todo cabe, no tienen porqué excluirse las posibilidades. Es todo lo anterior y también un ejercicio, y una transformación de la materia y una práctica, que aunque no tenga ningún destino al que apunte previamente, o sí, o muchos, ya es producción que va dejando un corpus (aunque después haya de qué arrepentirse), y una habilidad más en mí.