Hoy llevamos a Loana al pediatra porque desde el viernes pasado se empezó a enfermar de la garganta y finalmente ayer estaba con moquitos verdes, tos, estornudos, etc. En esta ocasión nos acompañaron al doctor mis papás, los cuales se quedaron afuera del consultorio durante la revisión de mi pequeña, y en cuanto acabó nos la recibieron y la "rescataron". La pobre odia ir al médico, y aunque éste no le haga prácticamente nada más que revisar su garganta y tomar su pulso, ella berrea y se retuerce como marranito en matadero. Mis papás la "rescataron", decía, y se la llevaron a una plaza cercana a +cota, a ver los animales, mientras mi musa y yo recibíamos indicaciones del pediatra, y le preguntábamos con respecto a dudas que teníamos. Cuando llegamos por Loana ya estaba tranquila y contenta, correteando por el lugar. De regreso, como a eso de las ocho y veinte, se quedó dormida, cosa atípica porque suele dormir hasta las diez u once de la noche. Probablemente la angustia y el berrinche de ir al doctor la hayan cansado mucho, pobrecita.
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