29 de abril de 2011

Fragmentado fracasado

Hace poco, gracias a pelidown.com estuve bajando películas de manera masiva, pues como tras el nacimiento de Loana no he tenido oportunidad de ir al cine más que una vez, pensé que podría ver poco a poco las pelis que me había perdido. Cuando empecé a verlas me di cuenta de que no pasan prácticamente nada importante que no hubiera salido en el trailer, pero de todos modos, por morbo o por curiosidad decidí ver los filmes que estuvieran disponibles y que en su momento, al ver el corto, se me habían antojado. Pero como eran muchas, y mi tiempo es escaso, pensé que podría verlas fragmentadas: 20 minutos hoy, 20 mañana, de modo que en una semana y media vería una película y así consecutivamente.

Sin embargo, con las películas me pasa como con el sueño en las mañanas. En la noche tras escribir me pongo a verlas, y cuando se me acaban los 20 minutos de ese día me digo: "otro ratito". Y sigo viéndo el filme "de la semana" hasta que observo que ya pasé de la mitad, y entonces pienso que ya es hora de dejar de verla, pero está en el momento más emocionante, que, aunque ya lo vi en el trailer tengo ganas de verlo otra vez, y entonces pienso "ahorita que pase el climax de la acción me voy a dormir", pero para cuando pasa ya sólo faltan 20 minutos para que termine, y entonces en mi conflicto interior, en el que una parte me está mentando la madre porque ya son las tres y media de la mañana y debo despertar al cuarto para las siete, mi parte indulgente opina: "pus ya sólo faltan 20 minutos, ya mejor hay que acabar de verla", y así pierdo sueño en detrimento de mi salud, otras capacidades y mis compromisos cotidianos. Para lo único que le pongo pausa es para ir a revisar a Loana cuando se queja, y cambiarla en caso de que haya hecho pipí.


Obvio, llega la mañana, suena el despertador y me lamento (y me la miento): "otro ratito", y aprieto el botón para que vuelva a sonar mi alarma en 10 minutos, y así retraso mi salida de la cama hasta que de repente oigo el silbido de un ave, o entra demasiada luz entre las persianas, y veo que ya faltan tan sólo 30 minutos para mi hora de entrada. Me levanto disparado y me voy tambaleándome a vestir y prepararme algo de desayunar para no irme con el estómago vacío. Casi siempre llego tarde a la oficina (eso sí, ahora sé --aunque ya lo sospechaba-- que Repo Men, The Mechanic, The Rite, etc, son unas porquerías irrescatables). Lo bueno es que ya me acabé las películas, y los de pelidown no han subido nuevas, así que creo que las próximas semanas podre dormir.

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