Es extrañísimo. Siento una nostalgia honda como el océano, como si millones de años luz me separaran abismalmente de la persona que me hace sentir el puente humano, la compañía más linda y la menor separateness. Tengo un peso montañoso y rocoso, un ladrillo hoyo negro como la noche del cerro cuando está nublado y sin luna, en la boca del estómago. Algo que me hace añorar su compañía como ninguna otra vivencia en este mundo rata.
Y sin embargo
Sin embargo no siento verguenza de tener nostalgia, es más, me siento orgullosón. Podrá sonar contradictorio pero creo que lo que siento es justo y necesario, y aunque es doloroso, una voz interior me dice que se trata de algo bueno. De algo que me define, que me abarca y me dice quién soy y lo que me mueve. ¿Hacía falta estar tan lejos para saberlo? No. Nunca hace falta, nunca hará falta, yo no decidí ser elegido por la empresa para tomar esta capacitación en este simpático país gobernado por idiotas; pero en verdad os digo que algo andaría muy mal si habiendo venido no sintiera lo que siento.
24 de agosto de 2007
nostalgia orgullosa
Etiquetas: contradicciones, iDeas g, reflexiones - Publicó persona.vitrea a las 21:57
1 comentario:
Yo también te extraño amado mío, "...es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las cuatro y acabo la planilla y pienso diez minutos y estiro las piernas como todas las tardes y me hago así con los hombros para aflojar la espalda y me doblo los dedos y les saco mentiras...". Qué lindo lo dice Benedetti.
Te extraño, corazón. La mayor parte de las veces con una tierna y nostálgica calma; otras, con una desesperada añoranza; algunas -pocas, aunque muy sentidas veces-, con un desesperado lamento que te evoca, que exclama tu nombre entre dientes, después de un hondo y largo suspiro.
Y esta, querido H., esta es la segunda vez en este tiempo que gimo tu ausencia con un maullido agudo y penetrante; que minina y vanamente implora tu pronta presencia.
A veces te evoco, honda y repetidamente te evoco, en esta caudalosa añoranza que empieza a ahogarse en una incontenible torrente de nostalgias.
¿Hacía falta que estuvieras tan lejos para que yo experimentara estos sentimientos? Sí, definitivamente. Lo más probable es que si no te hubieras ido no los estaría sintiendo ni experimentando tan intensamente, justo como ahora lo hago. Pero no creo que la intensidad de este sentimiento que experimento, producto de tu ausencia, me revele algo importante o sea un indicador significativo que me señale si mi amor por tí ha aumentado o ha disminuido en estos días. Es decir, hay ocasiones en que te extraño encarnizadamente pero también hay momentos donde puedo superar esa añoranza y la nostalgia ya no es verbo; ni tu ausencia, un ahogado lamento. No siento que el conjunto de sensaciones experimentadas en tu ausencia, nostálgicas o no, calibren mi amor por tí, al menos no ahora. Yo lo se y lo se de cierto y en una acción bien concreta.
Lo que sí siento, es que algunas partes recónditas de mi corazón se han hecho más palpables, más nítidas y más visibles aunque sea a fuerza de telescopio que taladra o de microscopio que desnuda. También hay otras partes, taciturnas y sombrías que se han iluminado con cerillas, con aserrínes de colores que pigmentan las tinieblas de tu terrible ausencia; estas partes, que en tu compañía y con tú sola presencia mi querido y diáfano Emiliano, suelen ser pura luz; llama viva que aviva, alumbra y entibia mi corazón.
Por otro lado he tenido un lindo encuentro conmigo, con mi soledad. Ha sido hermoso amarte de otro modo: añorándote, evocándote, pensándote, escribiéndote, recordándote, insinuándote, nostalgiándote. Pero definitivamente prefiero este otro modo donde te vivo, donde coexistimos palpantes, vibrantes, sosegados, conmovidos, cimbrados, asombrados, sonrientes, melancólicos, parayuxtados, filosofados y extramovidos en esta linda y hermosa vida que hemos compartido y que nos hemos procurado tan amorosamente.
Ay mi Emil... ya te quiero cerquita.
Tuya,
D.
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Bienvenida
Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más dócil
ni más cauta
tan sólo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabés
cómo te pienso y te enumero.
Después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco.
Yo nostalgio
tú nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie
Tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros.
No olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable.
Ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza
sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.
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