3 de agosto de 2007

Ya no le llamé a mi mamá

Pero le daré su abrazote y le haré muchas fiestas el día que la vea. Creo que recibió mis buenos deseos gracias al amabilísimo apoyo de mi amada y de mi hermana. Parece que tengo mamitis, pero no, en realidad tengo extrañitis de Dianitis, quisiera estar a su lado acariciándola y abrazándola y amándola.

El hotel al que llegué está lindo che, ya no tenían habitaciones para fumadores, y que me chingo. Pero la regadera está deliciosa, y la cama se ve listísima para recibirme y llevarme al país de los sueños donde espero poder ver a mi Princesa (por ahora) lejana.

Hay internet inalámbrico permanente y sin costo adicional, una tele con como 60 canales, más toda una serie de canales para adultos que cuestan una lana que no pienso pagar. Me parece un poco absurdo, si tuviera interés en la exhibición del sexo en film, con esta conexión a internet, me pondría a bajar material y de todas formas no les pagaría. ¿Será que la clientela de aquí no tiene computadora, o no sabe obtener porno en línea?

La televisión también tiene un cotrol de Xbox y puede uno pagar otra lana para que le dejen jugar ahí una hora... En el baño hay una minicafetera que hace tan sólo un vaso de café... Me compré un libro más de Umberto Eco, y otro más de Howard Zinn, y estoy contento de mi adquisición. Ah, y ya Terminé el capítulo 28 de rayuela.

1 comentario:

DD dijo...

Amado mío,

Volverás a tu centro
habrá lluvia en tus ojos
volverás y te veré
entre calles y entre gentes
entre sueños contundentes
me verás allí
como ayer también
como siempre


Sentirás mis canciones
como cómplices mediadores
volarán a ras de piel
prenderán tu combustible
tu madera más sensible
y serás de miel
como ayer también
como siempre.


esta es mi canción de amor
llega tarde, pero llega
es enferma mi canción
o muy sana, quién lo sabe
también tiemblan tus verdades
como ayer
como hoy también
como siempre


volverás a tu centro
y no digo que mi cama (ahora solo mía)
ese lecho singular
en dos partes dividido
donde al medio
duerme un niño
que sos vos
que soy yo
y es ninguno de los dos.

Y SERAS DE MIEL






Mario Benedetti