28 de marzo de 2011

Porqué ya no voy al cine

Llevo ya desde principios de diciembre pasado de no ir al cine, y antes de eso no había ido en más de año y medio. Pero no me quejo, es más, me siento algo satisfecho, porque he descubierto algo que explicaré a continuación. Normalmente veo todos los días los nuevos trailers de los próximos estrenos en la página de trailers.apple.com. Muchos de los cortos invitan a ver los filmes completos, pasan escenas de acción, explosiones (recuerdo una plática que dio en una ocasión Guillermo del Toro en la que justificaba todas las explosiones del final de Mimic, diciendo que a los gringos con las explosiones "se les para la bananana"), momentos intensos, románticos, interesantes, humorísticos, angustiantes, divertidos, etc. Y hacen un excelente trabajo vendiendo las pelis, lástima (y también qué bueno) que en esos cortos te pongan prácticamente toda la acción, todo lo interesante, el esbozo de la trama, etc.

¿Cómo lo sé, si no he ido al cine? Pues porque he bajado algunas desas películas, otras me las prestó un sobrino político, y otras las vi en el sitio web peliplay.com, que tiene ahí casi todos los estrenos de los últimos seis meses. Claro, uno al ver el trailer no sabe que la explosión que sale es la del final de la película, pero se sabe que hay un bueno, y que siempre gana, siempre es el más listo, el más sabio, el más hábil, etc. No sé si los gringos ya se quedaron sin imaginación (o si alguna vez la tuvieron) y se ven obligados de refritear, o si soy yo el que ya los sobrepasó... Sé que en una de sus cartas, Cortázar se queja más o menos de lo mismo de unas películas gringas de los años 50. Es terrible leer un Edipo Rey, o cualquiera de las obras de los antiguos griegos, y darse cuenta de que están muy por encima de los últimos estrenos. Será cosa de buscar en teatro, tal vez... O tal vez lo único que ofrece el cine en nuestros días es la enorme pantalla, y el 3D.

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