4 de octubre de 2012

El final de las procrastinaciones

Hace no mucho, al no tener una tarea clarísima y objetiva que llevar a cabo, al no haber algo urgente y específico que tuviera que hacer, me la pasaba procrastinando. En el trabajo veía videos, revisaba hartas veces el facebook (sin que pasara nada en mi muro), abría el jueguito llamado: Civ World, y me ponía a darle clic por acá, clic por allá, y no avanzaba prácticamente en nada. O bueno, avanzaba un poquitito en todo, pero tan minúsculamente que ni se notaba. Tenía avances microscópicos en varios objetivos autoimpuestos, o medio negociados con el director del área. Al final, no sólo mis compañeros estaban un poco sacados de onda con mi falta de cualquier cosa que pareciera compromiso o iniciativa, sino que yo mismo, conciente y frustrado, me amonestaba cotidianamente que si seguía por ese camino no me iba a ir nada bien ni iba yo a llegar a ninguna parte.

Pero la semana pasada sucedió algo. En linux hay varios ambientes gráficos o escritorios, así que puede uno usar gnome, rat-poison, kde, etcétera; y cada escritorio trae sus propios conjuntos de aplicaciones que se integran perfectamente con su respectivo ambiente anfitrión. Así que abrí una de esas aplicaciones llamada Kontact, que tiene un cliente de mail, un gestor de contactos, un calendario, y, entre otras cosas más, un gestor de tareas. Decidí probarlo, y poner ahí mis pendientes diarios, con horario y toda la cosa. Y aun cuando llevo apenas cuatro días usándolo, ya noté una grandísima diferencia, porque esa aplicación, con su lista de pendientes, me ha ayudado a mantenerme enfocado, y en estos días, ni pelís, ni videos, ni facebook, ni jueguito, ni chat, ni nada de lo que solía quitarme tiempo. Puras actividades predefinidas con horario designado, y si se me termina el tiempo y no he acabado con uno de mis pendientes, pues lo re-agendo para el día siguiente y paso a la siguiente actividad... La cosa es avanzar en todos los frentes, poco a poquito, pero con este modo de trabajar los avances que tengo no son microscópicos, sino sustanciales y satisfactorios.

Me ha gustado tanto estructurar mi día que ahora pienso hacerlo también en la casa, y claro, no estoy diciendo que esto le pueda funcionar a todos, pero a mí me ha funcionado y eso me basta.

No hay comentarios.: