En la búsqueda de sentido, hacemos juicios emocionales muy particulares, juicios desde nuestras propias circunstancias particulares. Podemos ver esto más claramente para una emoción sumamente personal como el disfrute. Una persona sólo necesita saber si una actividad es disfrutable-para-ella para que esa actividad le importe. No necesita saber si la actividad es disfrutable-para-todos.
También podemos ver la particularidad del juicio en otras emociones. Una persona necesita saber si alguien más merece su admiración para que ese alguien más le importe. Sólo necesitaría saber si ese alguien es admirable universalmente si es que está intentando conseguir la cooperación de otros en un proyecto moral. Otra persona merece la admiración de la primera (es admirable-para-ella) si bajo condiciones libres de distorsión siguiera admirandola. Otra persona merece admiración (es admirable) si bajo condiciones libres de distorsión, todos la admiraran. Los juicios particulares son mucho más fáciles de hacer. Sin embargo, los juicios de otros serán algo que la susodicha persona tome en cuenta en su propia reflexión.
Hacer un juicio emocional es un proceso intelectual intrincado. Por ejemplo, tomemos el juicio de la persona de arriba de que otro individuo es digno de su admiración. Cuando esta juzga que él es admirable-para-ella, está prediciendo que lo admiraría si su admiración estuviera libre de las distorsiones a las que la emoción de admiración es propensa. Su indagación tendría que proceder en muchos frentes. Tendría que hacer un examen de hechos para tener todas las creencias verdaderas relevantes sobre su personaje admirado y su historia. Tendría que examinar su propia psicología para descontar sus propios caprichos psicológicos. Tendría que hacer una investigación normativa para verificar que sus evaluaciones auxiliares fueran correctas. Tendría que asegurarse de que sus sentimientos y sus motivaciones fueran proporcionados a su evauación. Y si, tras hacer este examen, aún siente admiración por él, entonces debería concluir que merece dicha admiración.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario