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De un lector:
He estado divorciado por cinco años. La relación estaba condenada desde el principio; simplemente no eramos las personas correctas el uno para la otra. Me voy a casar en un año, sin embargo todavía surgen constantemente pensamientos sobre mi ex en mi cabeza. Y suelen ser escenarios del tipo: “Si sólo hubiera...” o “Me pregunto qué habría pasado...” Honestamente no soporto hablar con mi ex cuando tengo que hacerlo. Y como dije, era una relación bastante mala. ¿Son estos constantes pensamientos normales?
Los pensamientos son de algún modo normales. Es sano investigar las cosas que habrías podido hacer de otro modo – incluso si, como dices, tu matrimonio previo estaba “condenado desde el principio”. Sin embargo, cinco años es mucho tiempo y me da curiosidad el por qué has estado enganchado tanto con esos pensamientos. Con eso en mente, de verdad consideraría no casarme otra vez hasta que hubiera enterrado por completo mi rol en la relación anterior. Pareciera que el tiempo que tu mente pasa ocupado con tu ex podría ser mejor usado con tu prometida. Pregúntate si es justo para tu novia el que tengas esos pensamientos: ¿Estás proyectando tus sentimientos hacia tu ex y las dinámicas de esa relación en tu novia? ¿Y cómo te sentirías si los roles se invirtieran y tu prometida estuviera demasiado ocupada pensando en un ex?
Las nuevas relaciones suelen fracasar si sigues preocupado con una pareja previa. No hay prisa para casarse, y si tú y tu pareja actual se aman se van a dar entre ustedes cada oportunidad de trabajar su pasado para darle a esta relación de hoy en día la mejor oportunidad de triunfar.
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