28 de octubre de 2012

Una carta para Ann Romney (1 de 3)

La traducción que pondré a continaución es adecuada porque en unos días serán las elecciones gringas, y porque existe miedo de que llegue el tal Romney, y no sólo es miedo en México, sino que creo que en todo el mundo. Miedo más o menos infundado, porque los que llegan a presidentes no hacen lo que ellos quieren sino lo que les dicen que deben de hacer para seguir en el poder, para apoyar a los "intereses" norteamericanos (no sé si cambiar el entrecomillado de intereses a norteamericanos), lo que le dicen sus asesores, sus secretarios, las compañías que los apoyaron durante las campañas electorales, etcétera. Para un aldeano en territorio Pakistaní/Afgano no sé si representó una mejora Obama con sus drones y sus ataques aéreos remotos indiscriminados. En realidad si llega mister Romney habrá cambios que perjudicarán como siempre desde la clase media para abajo. Claro, con Obama estaba habiendo hasta cierto punto protección con una tibia reforma al sistema de salud a la clase media/baja gringa, y estaba su promesa de regularizar a los inmigrantes y muchas cosas más. Pero en realidad todos saben que los clasemedieros/pobres no importamos para las élites. Como sea, ojalá no gane Romney, me cae más mal que Obama. Así que si de algo sirve, si hay gente gringa nacionalizada que no hable inglés pero que sí va a votar el próximo fin de semana, y quiere enterarse de lo que dice una carta que le escribieron a Ann Romney, aquí está mi traducción:




Una carta para Ann Romney


30 Agosto 2012

Si escucho a Ann Romney hablar sobre cómo ella y Mitt vivieron en un “departamento en un sótano” y “comieron montones de pasta y atún” porque él es un hombre que se hizo a sí mismo y “nadie le dio el pan en la boca o le regaló su éxito”, carajo podría implotar... o hasta peor. La cosa de esta gente que me hace mearme de miedo es que están tan despegados de la realidad que no pueden siquiera entender PORQUÉ nosotros “la gente normal” estamos molestos. Tal vez una carta sea pertinente.

Querida Ann Romney,

En realidad a nadie le importa un carajo que sean ricos. Nadie te envidia una buena vida o está insinuando que Mitt no trabajó duro para ganar su dinero. Claro, “trabajar duro” puede tener significados enormemente distintos de comprar compañías, cargarlas de deudas, y luego destriparlas y cobrar inmensos dividendos para cualquiera con un poquito de conciencia y decencia, pero ya llegaremos a eso, así como a los paraísos y huecos fiscales de donde ordeña hasta el último centavo, en alguna otra ocasión.

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