25 de julio de 2008

Asqueado de viajar (y eso que este fue el primero)

La semana del curso fue agotadora, como no me sentía seguro de mis conocimientos (con justificadas razones), en las noches me puse a estudiar el material y a practicar los ejercicios, cosa que hice hasta el último día. Me dormía a las dos de la mañana y despertaba a las seis. No tuve tiempo de visitar Sao Paulo más allá de mi desmañanada caminata dominguera del primer día entre los vagabundos sin hogar.

Viajar así no me gustó para nada, sin hablar la lengua y estando solo, la comida en restaurantcillos cercanos a la sede del curso era abundante pero grasosa, estilo fonda de comida corrida pero con los platos desbordantes de arroz y frijoles, y eso que siempre pedí el menú pequenho. En las mañanas sandwiches del desayunador del hotel y en las noches sandwiches del super en el cuarto del hotel. Taxistas transas que desobedecían deliberadamente a su GPS para cobrar más en el camino hacia el curso y de regreso en un tránsito como el del defectuoso. Total, un asco.

Entre toda la frustración que sentí hubo un consuelo: después de quejarme repetidamente de la velocidad de la conexión logré que me asignaran un mayor ancho de banda y pude pasar media hora durante las noches en comunicación vía skype con mi amada, los dos tratando de poner buena cara a esta desgracia. Esta desgracia derivada de malas decisiones administrativas de la empresa en la que estoy. Me explico: hace todavía un año la compañía vendía millones en software producido velozmente en LAMP (Linux, Apache, MySQL y PHP), por lo que mi valor sentado frente a la compu de la oficina era muy alto, mucho más que viajando para impartir cursos.

Hace aprox nueve meses decidieron que debíamos cambiar a weblogic/java, plataformas reconocidísimas en la industria, y desde entonces no hemos terminado a tiempo ningún desarrollo y los clientes desesperados por el recurrente "espérenos otra semanita" (además de la pérdida de un gran conecte en una gran empresa) han dejado de comprar. Tan grave es la situación que ahora, aunque apenas obtengan un poquito más de lo que les cuesta mi sueldo, tengo que salir y representar a otra empresa socia de la que me paga.

Hablando con mi musa concluimos que si la cosa sigue así no va a pasar mucho tiempo antes de que las malas decisiones terminen por hundir la nave de la que soy marinero, además del disgusto de tener que estar saliendo de viaje los últimos meses de vida de la compañía (o al menos del departamento de desarrollo) sin siquiera poder visitar los destinos a los que me manden. Total que puede ser que haya llegado el momento de buscar alternativas. ¿será? ¿No será que siempre se deben tener alternativas?

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