Todos los que en ella navegamos sabemos que internet es una gran fuente de recursos para el que sabe buscar. Y no solamente información en texto o imágenes, ¿Quieres alguna película o algún disco, o ya de perdis algún sencillo?, siendo posible digitalizar material y mandarlo por correo, o publicarlo en algún sitio, sin mayor costo que el del equipo y la conexión que ya usas, y pudiendo descargar lo digitalizado por otros con el mismo costo, ¿por qué no?
¿Por miedo a que te caiga la policía, secuestre tu computadora, extraiga los elementos inculpadores, y procedan legalmente?, eso es no conocer cómo funciona la policía en la mayor parte del mundo. ¿Por miedo a que alguna empresa le pague a otra de investigación privada para que te espien, y así puedan demandarte?, quizá lo hagan a manera de muestreo, pero si procedieran contra todos los que piratean las prisiones no se darían abasto. En fin, que no hace falta mucho coco para entender que no, que las probabilidades de una redada por descargar algún poco de música es prácticamente muy improbable.
Con esa lógica conseguí por medio de bittorrent (tecnología que además permite la ubicuidad de los archivos, haciéndo el contenido compartido imposible de rastrear hacia un sólo punto), horas de material de Louis Armstrong, trompetista jazzero genial y muy famoso (aunque el otro día en la oficina...), cuya música seguramente es propiedad intelectual de alguna malévola disquera usurera de sus muertos. Mi opinión respecto a la propiedad intelectual, es que si fuera propiedad, y no nadamás una atribución al mérito individual, las disqueras o quienes sea que la tengan, deberían pagar impuestos por ella y no es así. Ergo, sin remordimientos.
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