22 de noviembre de 2011

Cambio de pañal radicalmente distinto

Cambiarle el pañal a un bebé, es decir a un niño, frente a lo que es cambiarle el pañal a una niña, "debe ser más sencillo", pensaba yo antes de que naciera Lucas, "ya que el riesgo de que la popó llegue a algún lugar susceptible de infección es más remoto". La realidad es como de costumbre distinta de mi suposición: cambiarle el pañal a un niño es bastante más difícil que cambiárselo a una beba.

En primer lugar, siempre, invariablemente, al abrir el pañal viejo el frío hará que el pequeño se orine, lo cual, dadas las características anatómicas de un pene, da como resultado (al menos las primeras veces) unos baños de pipí de tales proporciones que hacen que se le tenga que cambiar toda la ropa al bebé, y que uno termine necesitando cambiarse también, si no es que hasta bañarse. Tras esas primeras experiencias húmedas logré controlar las meadas como los bomberos controlan una manguera de alta presión suelta, es decir, sosteniendo el pene del chamaco desde un principio para dirigir el chorro hacia un lugar seguro.

Sin embargo surgen algunas dificultades: la meada no siempre sucede inmediatamente después de destapar al bebé, sino que pueden pasar hasta un par de minutos entre que se abre el pañal y aparece el chorro fatal, con lo que hay que usar una mano para dirigir la manguera mientras otra se ocupa de limpiar. Pueden ser dos meadas, lo que nos deja sin posibilidades de soltar el pene infantil mientras dure el cambio depañal. Por lo general la caida en la presión al final de la meada hace que se moje todo el escroto, generando la necesidad de volver a limpiarlo.

Por si eso fuera poco, el escroto también es un problema, ya que limpiarlo, entre las piernas, por debajo, y por encima, con esa piel arrugadita que lo caracteriza y con todos los pliegues que tiene, es de lo más difícil en cuanto cambio de pañales que me he encontrado.

Bruajaja, supongo que todo lo anterior es extremadamente gráfico para la imaginación de muchos de mis amigos, lo siento, pero si algún día tienen hijos, y si como es común en nuestros tiempos deben cambiarle el pañal a sus niños, seguramente después del primer baño de pipí recordarán este post y lo leerán con atención.

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