18 de septiembre de 2007

No me faltan cosas que decir

Mi atraso es por la carga en otras actividades, pero ya tengo temas que quisiera comentar. Por ejemplo el domingo, después de nadar, de ver más videos del MIT, de bañarme y lavar unos platos, me puse a ver la televisión (cuanto preámbulo, se nota que no me gusta que me relacionen con ese aparato). Terminó un capítulo de una serie policiaca, y empezó otro de esa misma serie... Trataba de un charlatán usurero pedófilo que había hecho su secta cristiana y había acumulado una fortuna, se había rodeado de mujeres crédulas y fanáticas que sacrificaban a sus hijas menores de 13 años para aparearse y procrear con ese mounstruo. Después de una investigación bien pro, aunque tan sangrienta y traumática que medio departamento de policía debe ausentarse por órden del psiquiatra del mismo cuerpo de seguridad pública, termina en que la niña doceañera (víctima) embarazada por el malvado, dispara y lo derriba por una trivialidad.

Terminó el capítulo, y empezó otro de la misma serie acerca de una violación. Interesante por las omisiones de detalles que hubieran echado más luz al asunto. Estudiante universitaria a punto de graduarse, va a la casa de uno de los sinodales para revisar su trabajo final. Sale moreteada del lugar y alega violación, el maestro alega que ella pidió sexo violento. En las declaraciones ambos son convincentes, demasiado convincentes, tanto que los investigadores empiezan a sentirse manipulados por ambas partes. Al final, según esto ya no se sabe quién es "la víctima", hay unas escenas de la corte, el jurado va a dar su veredicto, y truncan el descenlace. Luego empieza otro capítulo de esa misma serie que ya no vi porque la neta prefiero leer.

Este segundo capítulo me dejó pensando, pero no con respecto a los asuntos de la violación o no, en lo que a mí respecta, si una chica el día de hoy se me ofreciera no aceptaría, no por falta de líbido sino por otras consideraciones personales. si una chica en un futuro distante y desolador se me ofreciera, y yo aceptara, me negaría rotundamente a llevar a cabo sexo violento, nuevamente consideraciones personales. Pero pienso en el idiota de la serie, que "accedió" al sexo y a la violencia, y mi sugerencia en ese caso es un contrato: "ah, ¿quieres sexo violento?, firma aquí por favor". Al no haber ningún contrato, yo le creo a la mujer instantáneamente y refundo al hombre en el tambo. También están los antecedentes de uno y otro lado, que aunque sean difíciles de sacar no son imposibles. Vas con la ex-esposa, las exnovias, e investigas cual era el comportamiento; lo mismo aplica para la chava. En este capítulo nada, la ex-esposa ni aparece y cuando visitan a un ex de la chava, este se pone fúrico e iracundo, sí, pero no le preguntan de la violencia en el sexo, y eso que habían conseguido una larga lista de exparejas.

Comentario marginal: Presentar cuatro capítulos seguidos de una serie de intrigas policiacas de "investigaciones especiales" me parece el colmo de la falta de creatividad de la televisión en nuestro país. Decididamente los de los medios masivos son unos pobres pendejos más mediocres que su audiencia y por eso ya nadie les cree.

Comentario marginal segundo: Esta serie, como muchas otras, debe tener fans y seguidores. Pobrecitos.

No hay comentarios.: