La semana antepasada Oscar tenía que salir a París. En junio o julio me preguntó con respecto a los boletos contrabandeados por los sobrecargos de aeroméxico, porque iba a haber un concierto de David Silvian, y quería ir con Abby y Grace en septiembre. Le conseguí el conecte, compró los boletos, del avión y del concierto. Según oí, Abby arregló lo de la estancia. "Todo" estaba listo.
Pero en los días que él tenía que partir, los vuelos iban llenos, y los boletos que él tenía son sujetos a espacio y por lo tanto ni como reclamar. Me imagino el infierno para Oscar y compañía, y la frustración resultante.
El sábado posterior a su primer intento, me fui con Diana a Cocoyoc. El domingo, en la alberca, yo imaginaba a la feliz familia conociendo París, y a mi amigo luciendo su dominio del idioma. De algún modo, aunque la decisión la haya tomado él, me siento parcialmente responsable y avergonzado de que no se lograra el viaje. Me entran ganas de estudiar alternativas con él para que use esos boletos, o para planificar un viaje en el que no dejemos al azar lo que queramos que nos garanticen. La neta qué mal pedo.
26 de septiembre de 2007
Un viaje no realizado
Etiquetas: gruñidos, internacional, quejas, vida - Publicó persona.vitrea a las 23:55
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