Felizmente, a pesar de ir al día, no he faltado a mi auto-compromiso bloggero ningúna vez (hasta ahora), estamos a 27 y este post es el vigesimo séptimo que publico. Quieran Alá y Quetzalcoatl que siga logrando esta productividad en cada ciclo. La calidad es asunto aparte, y no anhelo genialidad permanente, algunos atisbos me bastan.
Extendí el "resumen" del primer capítulo de On Language a cuatro entregas en lugar de tres, pero seguro lo concluyo en el próximo post de lecturas, mientras tanto ha habido otras, tal vez pueda anticipar un poco en este tema. Concluí el sub-tema de los juegos de video, y todavía no sé como proseguiré con estrategia, por lo que creo que tener la ruta trazada en algo, no necesariamente da una visión más amplia o lejana (los esfuerzos se concentran en sacar lo estipulado).
D y yo no nos hemos alejado desde hace un par de semanas, y mi inspiración se vuelca hacia ella, y hacia estar, conversar, apoyar, y difrutarla. El fantasma permanente de la muerte me abre al milagro de la vida (no del nacimiento, sino de estar y seguir entre los que piensan y sienten) y me maravillo a diario ante lo improbable de que yo sea, de que seamos, y sin embargo aquí estamos y nos sonreimos y nos queremos.
27 de noviembre de 2007
Constancia, extensión et sonrisa
Etiquetas: reflexiones - Publicó persona.vitrea a las 09:00
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