18 de febrero de 2008

De lecturas requeterepetidas

Diana y yo volvimos a El péndulo de fucault. Nos divertimos, continuaremos con el de H. Zinn más adelante, creo. ¿Por qué volver a leer los libros?, ¿no debería la memoria retener todos los datos y hacer que uno pudiera evocar sin mayor esfuerzo los pasajes, el órden, las conexiones, la tensión, los desenlaces, etc?

Pues no, la memoria, o al menos mi memoria, no funciona de ese modo. Para mí, cada vez que leo uno de mis libros favoritos es un mar de descubrimientos. Aunque sea la octava vez que lo hojée. Entiendo mejor lo que se dice, cómo se dice, y así poco a poco me formo en la mente una idea de la obra. Como un escenógrafo que como espectador desde la platea ve una obra de teatro e imagina con bastante claridad los artilugios que están detrás, moviendose y adornando en el mundo representado, al tiempo que disfruta el drama.

Tampoco me funciona leer la misma obra una y otra vez sin pausas entre las lecturas, porque todavía está muy fresca en mi memoria. Las que son mis favoritas entran en ese círculo después de una primer lectura conmocionante. Pero de ahí a la segunda o tercera, se intercalan varias más de otros libros. A mí me sirve volver a los libros que me han shockeado positivamente porque gracias a mis nuevos descubrimientos (que indican hasta cierto punto mi crecimiento), también veo la misma "vieja" historia desde otro punto de perspectiva, y tal vez convivir con los ya amados personajes más de cerca, anticipando emocionado sus aventuras y previendo desolado sus desventuras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso me recuerda precisamente a algunos pasajes del último libro de Eco que me prestaste, ma parece que el ensayito sobre la intertextualidad, en donde Eco habla de los lectores buena onda y decididos, motivados, que releen libros para entenderlos y saborearlos mejor.