20 de febrero de 2008

En el medio evo

En el baño de la oficina leí las instrucciones para formar un ejercito medieval que están en un librito llamado El arte de la guerra, de Machiavelli. Quién, por medio de su alter-ego Fabrizio Colonna, explica a sus jóvenes huespedes imaginarios la mejor forma de organizar un ejército, que en aquel entonces le hacía falta a Florencia. Era con formaciones de infantería a la romana mezcladas con suizos con picas largas y una caballería ligera. En lugar de tropas de mercenarios (preferidos por la mayoría de las ciudades de ese entonces), debía formarse la fuerza con habitantes locales.

Explica las distintas facetas para lograr una armada "invencible": la selección de las milicias, el entrenamiento, la disciplina, cómo dar batalla, marchar, acampar, asediar y defenderse. Me gusta cuando habla de la caballería: los caballos no son animales estúpidos, dice, no se van a estrellar contra las picas, por lo que repelerla con infantería bien preparada es fácil.

Aún cuando desdeña sin mucha razón a la artillería, según lo poco que sé de esa época, me parece un libro muy sensato. Claro, en papel se pueden ganar todas las batallas, teóricamente, pero en la vida real depende de muchos más factores. Es información histórica interesante, que funcionará tal vez en la actualidad sólo para batallas entre granaderos y civiles sin preparación bélica, pero es obsoleto para la guerra de nuestros tiempos, en la que con un par de ametralladoras y algunas granadas, acabarían en minutos con las disciplinadas legiones de Machiavelli.

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