Hoy copié todos los archivos que tenía en Dinamarca a una máquina llamada Lonana, en riccimaq. En ese equipo tengo dos discos de 400GB, así que sin mayores problemas saqué TODO del carísimo hosting de 80 Euros al mes.
Las razones de mi elección de ese proveedor fueron: a) el ancho de banda que permitía servir el sitio en flash de axevice a n visitantes simultáneos, b) la instalación del GNU/Linux de mi preferencia (ubuntu), c) cuenta de ssh para administrarlo a distancia, y d) infraestructura a prueba de fallos.
En riccimaq el ancho de banda es minúsculo, pero por el momento no necesito uno mayor, el único problema ahí es que como no hay la redundancia que en dinamarca, la ip cambia cada que se va la luz o Telmex resetea sus DNSs, y tengo que restablecerlo manualmente en el sitio de mi proveedor de redireccionamientos.
La cosa no acaba ahí, aunque ya tenga los archivos en Loana, debo moverlos a Rayuela, la máquina que la hace de servidor web. Una vez hecho eso, debo configurar los sitios en el apache y el mysql. Cuando termine esa parte debo redirigir el nombre de los sitios hacia la ip que tenga riccimaq.
Luego, a falta de ip fija, debo pensar muy seriamente en un mecanismo que le indique automáticamente al sitio direccionador de nombres cuando la ip en riccimaq cambie. Tengo aproximadamente quince días, luego vence en Dinamarca el hosting y ya no volveré a contratarlo (Nota: sería amable de mi parte avisar a los de panic-magazine --antes picnic-- de estos cambios).
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