Ahora tenemos un problema. (Smith 1994:4-13)Deacuerdo con la concepción común de las creencias, las creencias son desapasionadas e inhertes. No nos conmueven, ni nos enganchan, ni nos dan razones para preocuparnos. No tienen ninguna fuerza emotiva. Si los juicios emocionales tienen fuerza emotiva y las creencias no, entonces los juicios emocionales aparentemente no pueden ser creencias.
Nuestro dilema es el siguiente: Si los juicios emocionales son creencias, entonces parecen perder el contacto con lo que importa. Sin embargo si los juicios emocionales no son creencias, entonces parecen perder contacto con la verdad.
Podemos expresar el problema de otro modo. Los juicios emocionales tiene cierto rol funcional en nuestra psicología. ¿Qué tipo de estado psicológico son? cualquier tipo de estado psicológico que encaje con dicho rol funcional. (Gibbard 1990:71-75) El rol funcional de los juicios emocionales tiene dos partes:
(1) Estamos dispuestos a incluírlos en nuestros razonamientos, en nuestras predicciones, en la construcción de nuestros argumentos, y a afirmarlos en nuestras conversaciones.
(2) Estamos dispuestos a ser conmovidos por ellos, a estar emocionalmente enganchados por ellos, y a hacer que nos importen.
Podemos pensar en tres tipos posibles de ocupantes para este rol. Los ocupantes podrían ser las emociones, podrían ser las creencias, o podrían ser de otro tipo especial de estado psicológico para el que aún no tenemos un nombre. Tal vez, en esta tercer opción, los juicios son combinaciones de estados que podríamos llamar 'creemociones' o 'emocieencias'). En la siguiente sección, veremos que no son emociones. En la sección final, vermos que, contraria a la opinión filosófica común, las creencias respecto de las emociones en condiciones libres de errores están conectadas a una fuerza emotiva. Si la concepción de las creencias como desconectadas de nuestras emociones está errada, entonces no necesitamos postular un tipo de estado psicológico especial, sui generis, para cumplir el rol de los juicios emocionales. Si tales creencias tienen fuerza emotiva, entonces podemos ver a los juicios emocionales como creencias y por lo mismo como valorables en tanto a su veracidad o falsedad.
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