20 de enero de 2008

Anecdotario y ligerísimo adelanto

Durante la segunda mitad de este ciclo, logré adelantar un post y mantenerlo. No sin esfuerzo: me negué a ir a una cena con Diana y ella se molestó conmigo (me dijo que no había bronca --pero por supuesto). En casa me quedé puliendo el texto del día siguiente, y bosquejando el inmediatamente posterior (este). Esperanzado en lograr uno o dos más.

Los textos en este ciclo me salieron como que más rápido, sin tanto pensarle en el primer esbozo, y ya después pulidos con calma varias veces antes de publicarlos. Sigo llegando a los que denomino "autoreflexivos" sin mucha idea de cómo abordarlos, algo nervioso, titubeante, vergonzante. Como que es mucho hablar de lo que hice en el ciclo, y tampoco es para tanto.

En una comida fiesta a la que fui con D hace una semana, conversamos muy agusto con su festejado amigo Corso, y él pidió que los invitados contáramos alguna anécdota que lo involucrara. Como yo sólo lo había visto antes en una ocasión y no había estado receptivo, tuve que contar mi ida a la fiesta... Fue una reunión encantadora. Después, no sé si de regreso o al otro día, pensando en los relatos que todos hicieron, me llegó una idea iluminadora: puedo contar anécdotas que conozco. Lo que me facilitará mucho la categoría de vida (y posiblemente también las de internet y trabajo).

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