La pregunta ¿por qué? tiene dos sentidos, uno con respecto a los orígenes de la acción y otro con respecto a los fines que la motivan. Ejemplos: cuando pregunto ¿por qué hay algo en lugar de nada?, estoy buscando una explicación de origen; mientras que cuando pregunto ¿por qué pasas tiempo en tal o cual actividad?, busco una explicación de fines. Sin embargo, no reina la exactitud tampoco en las anteriores preguntas, el individuo imaginario interpelado en la segunda pregunta podría decirme que lo hace porque tiene una familia que mantener (en el caso de que el cuestionamiento fuese con respecto a su trabajo), y un teólogo mal intencionado respondería a la primera interrogación que hay algo, para celebrar la gloria del sSseñor...; invirtiendo en ambos casos la dirección al responder "correctamente". Tal vez para responder con exactitud a los porqués se deberían dar siempre por lo menos dos respuestas a las preguntas de este tipo.
Mi breve experiencia en esta actividad (bloggear), me ha mostrado que practicando cada día es más fácil ponerme frente a la pantalla a teclear, y que algunos límites y pautas son excelentes andamios para desarrollar. Así, he usado de algunas estructuras para facilitarme la operación: una categorización y una calendarización (hechas para ayudarme a cumplir con una meta de contenido por publicar). Creo que utilizando estas herramientas podré cumplir con mi objetivo de manera más fácil y segura, mientras mejoro mis habilidades de redacción y planificación. Y con eso respondo en las dos direcciónes a la pregunta de ¿por qué procedo como lo hago en este espacio? Creo que finalmente la respuesta al porqué tiene siempre que ver con dos factores: experiencia y expectativas.
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