7 de enero de 2008

Roma

De los DVDs que nos compramos para navidad, vimos la de Amor y Muerte (La última noche de Boris Grushenko) del Woody, La de Historias de Nueva York (Scorsese, Coppola y Allen), Llegamos a la mitad de Historia de Lisboa, del Wenders, pero Diana se durmió. También hemos estado viendo la serie Roma. Todo el material me ha parecido digno de reflexión y conversación, y de unas futuras repasadas extras, para entenderlo mejor.

Roma es una serie que te describe al imperio Romano desde la conquista de Galia, visto desde la perspectiva de varias figuras prominentes de la época, así como de un centurión y un legionario que corren aventuras que muchas veces determinan el curso de la historia. En la primer temporada vemos a Julio Cesar avanzar sobre Roma con su legión, después de varios pleitos con Pompeyo (co-consul y ex-amigo), luego perseguir a éste personaje por italia y grecia hasta vencerlo, llegar a egipto y controlar dicho territorio, y... y me falta ver los últimos cuatro capítulos para saber por donde acaba. También compramos la segunda temporada, ojalá que esté igual de entretenida.

La serie tiene una gran fotografía y producción.

Me disgusta un poco que, al tocar a una civilización u organización antigua, se traten con moralina cristiana los asuntos de la esclavitud, la sexualidad y el autoritarismo. Ejemplos: presentan a todas las mujeres poderosas como caprichosas, voraces y vengativas (como si los hombres poderosos fueran todos magnánimos, ecuánimes y generosos). La mayoría de las relaciones sexuales mostradas hasta ahora son heterosexuales, excepto una lésbica, cuando según me enteré, Cesar se follaba a sus centuriones... La esclavitud es algo escandaloso en cualquier periodo de la humanidad, pero en Roma estaba legislado en cierta forma, y los esclavos tenían oficios determinados que los hacían valiosos, por lo tanto no eran tan prescindibles como quieren pintarlo en la serie; algo muy distinto de: a) la esclavitud masiva e industrial que se dió en Estados Unidos hasta la "emancipación", b) la esclavitud tácita de los sud-americanos y asiáticos en las sweatshops de los grandes corporativos manufactureros, y c) la de los niños miserables que lavan parabrisas en los semáforos o son prostituidos.

En cuanto al autoritarismo, ya lo creo, familias patriarcales, diferenciación de clases (nobles y plebeyos), mando absoluto, coherción económica, etc; lo mismo que en este instante sucede en todas las partes del mundo, con excepciones minúsculas y atomizadas.

No soy puritano, creo que mostrar los excesos es positivo, pero también deberían haber sacado a otros ciudadanos más moderados (y seguro los había) para contrastar. Porque como lo hicieron, muestran una misma cara de la moneda desde distintos ángulos, enfoques y acercamientos, como para decir que era así en términos generales, sin distinciones, pero sin mostrar nunca la otra cara, o el volumen o los bordes. Para colmo, su descripción de esa época pareciera querer acentuar y contrastar elementos de la vida cotidianan contra los de nuestros días, como la violencia de los guerreros y la facilidad con que mataban/violaban a otros/as. Como si en la actualidad el crimen por parte de los militares y mercenarios no existiera, o como si fuera peor morir acuchillado que acribillado.

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