15 de enero de 2008

Finales alternativos

Dostoievsky es demasiado bondadoso con los personajes a los que tortura durante su libro. Sumamente providencial, resulta el tal Svidrigailov bipolar: altruista-maldito. La mayor parte del tiempo Raskolnikov es un perfecto imbecil en cuanto a su trato con los otros. Por el final se detiene ante su falta de sensación de culpa (ya en cautiverio), sin ahondar más. Claro, se entrega "heróicamente" y la pena es reducida (yeah, right), y seeeee, la vida es dura (pasará otros siete años) pero se ha enamorado y ahora le sonríe (violincitos).

El libro habría tenido que acabar de modo distinto. Mis alternativas son (una mala y una buena):

a) Raskolnikov se entrega, porque su estado de salud mental está resquebrajado y es un idiota que no distingue entre constatación de hechos y teoría: porque se puede hablar de un estado de excepción de facto, para hombres como Bush o Blair o Berlusconi, ya que pueden ser criminales según el sentido común, sin que lo sean legalmente, aprovechando los aparatos de poder vigentes; lo que no quiere decir que se pueda postular la hipótesis según la cual, cometer crímenes con impunidad equivalga a ser más poderoso. Decía pues que se entrega, pero Svidrigailov no es pendejo y no suelta las riendas de nada ni se suicida, ni le entrega lana a Sonia, ni tramita ningún orfanatorio para los niños Marmeladov, ni le suelta la lana de la herencia de su esposa a la "ingrata" de Dunia, ni le acortan la pena a Raskolnikov, quien desaparece en Siberia y muere después de 18 años de trabajos forzados, habiendo sido reducido a un animal de carga. Por supuesto que las tragedias se desencadenan según la trama: a Sonia se le mueren los hermanitos y se queda en el oficio más antiguo de la humanidad hasta que ya no la contratan. Dunia se casa con Rasumijin quien no lleva ni para comer a casa y se vuelve un déspota machín, y viven desgraciados para siempre.

b) Raskolnikov no se entrega, ni se suicida ni nada por el estilo. Se tranquiliza y aprovecha la reciente bonanza de los tres mil rublos que heredará su hermana Dunia de su difunta ex-patrona. Quizá vuelve a la escuela, o pone un negocio con Rasumijin, su cuate, y hasta involucra a Sonia. Al final hay un gran baile fiesta por la boda doble de Raskolnikov con Sonia y Rasumijin con Dunia en que se da a entender que "y fueron felices para siempre".

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