8 de junio de 2008

Albahaca y conciertos

La albahaca de la cocina está triste, no tengo ninguna otra albahaca en ningún otro lado, podría decir simplemente la albahaca, pero tengo manía referencial. Por triste no me refiero a decaída, o sin fuerza en los tallos y hojas, quiero decir amarillenta. Me pregunto los variados posibles motivos de su entristecimiento: el lugar, la tierra, el agua, la luz y los nutrientes, son mis vías de investigación, buscaré los niveles óptimos en la red. La misión, lograr que la planta crezca y se vuelva frondosa.

Según esto, ayer hubo un concierto ecológico en un "recinto sagrado" en Tepoztlán, en el que tocó Sigur Ross, para ir debíamos comprar el boleto con anticipación, salir en el transporte incluído en el precio del boleto desde el defe, llevar un poncho, y estar ahí todo el día escuchando un maratón de artistas (a lo woodstock goei) hasta cerrar con el plato fuerte, en efecto, Ross. De entrada decidimos no ir porque no se iba a permitir beber alcohol ni fumar tabaco... Me cae que con la excusa de lo ecológico se ponen de lo más autoritario en su FAQ. Sé que las prohibiciones son la manera que se usa para limitar las costumbres locales, tan arraigadas estas últimas que casi nunca sirven las primeras.

A proósito de conciertos, hace una semana y media, en jueves, fuimos mi amada y yo con Caty y Rodrigo a ver tocar a Dailif, amigo rocanrolero texcocano que según recuerdo (y se le nota) es fan de todo el rock argentino. Ahí tampoco se podía fumar (pero sí beber) por ser un local pequeño. Salimos un par de veces a la calle para contaminar nuestros pulmones, el concierto por suerte fue ameno y breve, después del cual nos regresamos cansados y ligeramente alcoholizados a dormir.

No hay comentarios.: