2 de junio de 2008

Parecon y la educación (7 de 9)

Los estudiantes deben ser ayudados a descubrir sus capacidades y potenciales, a explorarlas, y a satisfacer aquellas que deseen desarrollar mientras simultáneamente se vuelven completamente seguros de sí y capaces de pensar y razonar y argumentar y valorar de las formas necesarias para estar entre muchos adultos cuidadosos y socialmente iguales. Otras personas podrán formular este mandato de forma ligeramente distinta, pero una cosa está muy clara. Para que suceda este tipo de educación, la sociedad debe necesitar este nuevo tipo de adulto. Esta no debe querer esclavos a sueldo obedientes y pasivos, ni administradores e intelectos de élite que sean duros y mandones, por ejemplo.

Por lo que para ser compatible con la digna pedagogía concebida desde la perspectiva del estudiante, la economía debe solicitar de cada participante nada menos que la total utilización de sus capacidades e inclinaciones, sean cuales resulten ser. ¿Qué tipo de economía, en lugar del capitalismo, podría hacer esto?

Al ochenta por ciento de nosotros se nos enseña hoy en día en las escuelas a soportar aburrimiento y a recibir órdenes porque esas son las necesidades que el capitalismo tiene de sus trabajadores. Al otro veinte por ciento se les vuelve duros ante las condiciones de aquellos por debajo, e ignorantes con respecto a su propia dureza, excepto por aquellos de la punta misma, quienes son formados simplemente crueles.

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