17 de junio de 2008

Toquín en jueves por la noche

El grupo de blues del Rodrigo está genial. No me aprendí los nombres de ninguno de los integrantes pero percibí que les gusta coordinarse y tocar sus instrumentos. El bataco (tendrá unos 30) es percusionista profesional y se encarga de parar la ejecución si algo no le gusta, las pocas acertadas veces que lo hizo fue porque alguno de los otros se había perdido. El guitarroacordeonísta-vocalista (pegándole a los 50) es muy sonriente y alivianado, toca sucio y desgarrador como debe hacerse el blues. El bajista (53, me lo dijo) es un gordo alto güero que hace muy bien los walking bass y otras magias jazzosas. El guitarristajunior (chavo pasado de los 20) es un virtuoso velocísimo pero todavía sin alma.

El sax del Ro era poquito y tímido, excepto en momentos coordinados que los compañeros le abrían en los que se oía el brillo de la voz metálica con fuerza y ritmo, recorriendo las escalas y dándole un sabor más cosmopolita a ese blues tan local. Lo acompañé el jueves de la semana pasada a su ensayo. Luego me invitaron a tocar con ellos cuando quiera y el ambiente me latió; pero estoy tan oxidado en lo que tocaba, y el tiempo es tan poco, y las ganas de estar con mi musa tantas, que no lo sé, que más bien nel, que será más adelante, y primero me pondré a practicar en casa...

Estaba pensando que tocar en el departamento era una especie de imposibilidad técnica por el ruido y demás prejuicios. Pero luego recordé que al teclado se le pueden enchufar unos audífonos, y que hay convertidores para las guitarras y demás instrumental eléctrico, con lo que se puede practicar sin hacer ruido. Lástima por los que quieran aprender a tocar algún instrumento de viento en un departamento tan pequeño y malvibroso, pero yo sí puedo. Me traeré mi teclado y practicaré un poco, buscaré y probaré varios métodos en internet, y en poco tiempo, tras cierto esfuerzo, podré ir a tocar blues en la guarida destos habitantes de la zona, amigos de mi amigo.

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