El grupo de blues del Rodrigo está genial. No me aprendí los nombres de ninguno de los integrantes pero percibí que les gusta coordinarse y tocar sus instrumentos. El bataco (tendrá unos 30) es percusionista profesional y se encarga de parar la ejecución si algo no le gusta, las pocas acertadas veces que lo hizo fue porque alguno de los otros se había perdido. El guitarroacordeonísta-vocalista (pegándole a los 50) es muy sonriente y alivianado, toca sucio y desgarrador como debe hacerse el blues. El bajista (53, me lo dijo) es un gordo alto güero que hace muy bien los walking bass y otras magias jazzosas. El guitarristajunior (chavo pasado de los 20) es un virtuoso velocísimo pero todavía sin alma.
El sax del Ro era poquito y tímido, excepto en momentos coordinados que los compañeros le abrían en los que se oía el brillo de la voz metálica con fuerza y ritmo, recorriendo las escalas y dándole un sabor más cosmopolita a ese blues tan local. Lo acompañé el jueves de la semana pasada a su ensayo. Luego me invitaron a tocar con ellos cuando quiera y el ambiente me latió; pero estoy tan oxidado en lo que tocaba, y el tiempo es tan poco, y las ganas de estar con mi musa tantas, que no lo sé, que más bien nel, que será más adelante, y primero me pondré a practicar en casa...
Estaba pensando que tocar en el departamento era una especie de imposibilidad técnica por el ruido y demás prejuicios. Pero luego recordé que al teclado se le pueden enchufar unos audífonos, y que hay convertidores para las guitarras y demás instrumental eléctrico, con lo que se puede practicar sin hacer ruido. Lástima por los que quieran aprender a tocar algún instrumento de viento en un departamento tan pequeño y malvibroso, pero yo sí puedo. Me traeré mi teclado y practicaré un poco, buscaré y probaré varios métodos en internet, y en poco tiempo, tras cierto esfuerzo, podré ir a tocar blues en la guarida destos habitantes de la zona, amigos de mi amigo.
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