18 de febrero de 2010

De adelantos y etapas

Además de las lecturas universitarias de lingüística (que ya casi acabo), he estado leyendo algunos sitios web que me compartió mi musa respecto de lo que está pasando con nuestra pequeña Loana. (Sí, es tan famosa e importante que es noticia y hay varias páginas dándole seguimiento detallado en exclusiva a su crecimiento :-P ).

Son páginas de bebés, en las que se pueden ver los cambios que ellos viven según van pasando sus primeros meses. Y son interesantísimas, ésta por ejemplo, informa de los logros que debería ir alcanzando Loana a los cuatro, cinco, seis y siete meses, como por ejemplo el que cuando esté boca abajo levante su cabecita como una tortuguita, o que dentro de no mucho pueda rodar sobre sí misma para cambiar de posición, o que empiece a usar más sus manitas y tome con ellas objetos y luego los suelte...

Me encanta mi changuita porque está más avanzada que lo que dicen en los sitios web que debería con respecto a su edad, pues ya empieza a darse la vuelta y todavía no cumple el cuarto mes, desde como los dos meses de edad levantaba la cabecita cuando estaba boca abajo, y desde hace como 20 días usa mucho sus manitas.

Hace poco leí que se podía lograr que un bebé fuera moderadamente independiente y bebiera de un vaso desde los seis meses de edad, y que con la técnica adecuada podía aprender a leer desde el año y medio... Pero pensándolo bien, no hay ninguna prisa. ¿Qué más me da que beba o no de un vaso, o que sepa leer desde tan chiquita? Ya de por sí vivimos en una sociedad aceleradísima como para encima querer que nuestra hijita vaya a marchas forzadas durante los inicios de su vida. Si ella solita hace cosas que en promedio están adelantadas para su edad, pues qué mejor, pero si no, ¿qué tiene?, de todas formas me derretirá con una de sus purísimas sonrisas.

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