Loana cumplió 3 meses hace 3 días. Está bien grandota y despierta, abre sus ojotes padrísimo y es super "platicadora" y sonriente. Sus ciclos vitales siguen siendo rapidísimos, cada dos o tres horas necesita comer, se moja el pañal, y pide cariño y cercanía. Soy fan de mi pequeñita, me gustaría poder trasmitirle todo el amor y la seguridad necesarios para enfrentar a la vida con fuerza y generosidad. Me gustaría romper patrones con ella, me gustaría en cierto punto, dentro de un par de décadas, cuando me abandone en cuanto a maestro (si es que alguna vez me toma como maestro), ser su amigo, y que me quisiera y confiara en mí.
Loana es una coqueta, seguramente no soy el único al que le sonríe con tanto entusiasmo, sus abuelas y tías reciben un trato similar, y les encanta. Le hicimos una fiesta de primer trimestre el viernes pasado y vino mucha gente, todos la cargaron y la felicitaron y la apapacharon, y ella dormidota pero contenta. Sucede que cuando hay ruido se duerme con mayor facilidad que en el silencio de la habitación. Se me ocurrió que le festejemos cada trimestre en lugar de cada año, y así, cuando llegue a los 15 años habrá dos parámetros de medición y no uno único: además de 15 años estará cumpliendo 60 trimestres. De ese modo, teniendo dos criterios de valoración, tal vez podría desmitificarse la espantosa idea de la fiesta de los quince años y no causarle ilusión y no caer en ese horrible cliché y lugar común de nuestra tercermundista sociedá.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo con eso de la fiesta tercermundista. Por supuesto, debe celebrar sus Sweet 16 como en países más avanzados.
jejejeje... hasta crees que te vas a salvar de los quince años... cuando vea a sus compañeritas se le va a antojar
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