23 de octubre de 2010

De las pensiones francesas

El pleito por las pensiones francesas tiene un trasfondo de apariencia lógica. Se dice que cuando se instauró que los trabajadores pudieran jubilarse a los sesenta, la expectativa de vida era en promedio de sesentaycinco a setenta años, así que iban a ser "mantenidos por el estado" (pero en realidad ellos habían pagado mucho más en impuestos) entre cinco y diez años. Ahora, sin embargo, la expectativa de vida es de casi ochenta, por lo que al gobierno no le alcanza, ni con todos los impuestos que los trabajadores pagaron durante sus vidas económicamente activas, ni con el dinero que les quitaron precisamente para cubrir sus pensiones de vejez, ni con los impuestos de los que hoy en día son económicamente activos, y que los burócratas estatales invierten y con los que ganan aún más lana. La cosa es, según este argumento, que no alcanza, no hay dinero, no hay suficiente ahorro y por lo mismo deben permanecer económicamente activos dos años más.

Pero a mí me parece que hay dos cosas que contradicen ese "No hay dinero", la primera es el nivel de desempleo (le chômage) de cerca del 10 por ciento de la población económicamente activa francesa. Según sabía a los desempleados les dan un monto mensual de seguro de desempleo, por cierto número de meses desde que pierden su último trabajo. Así pues, se da dinero a desempleados que no están pagando impuestos por sus ingresos ni seguro médico ni pensión de jubilación. ¿Porqué no mejor suspender ese seguro y desarrollar proyectos públicos con los que emplear a todos los desempleados que fuera posible? La segunda es el gasto militar, 42,500 millones de Euros es el presupuesto anual del ejército francés, no me digan que no pueden comprar la mitad de aviones y la mitad de tanques y armas, y pagar las pensiones con el dinero que ahorrarían. ¿Quién los va a atacar? De cualquier modo la población decrece, y dentro de 20 y luego 40 años serán cada vez menos los pensionados.

Total que no me la trago, y por lo visto los trabajadores franceses tampoco... Aún así, su propio gobierno se los acaba de chingar, qué tristeza.

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