15 de octubre de 2010

¿Más nobles = más idiotas?

El domingo pasado, 10 de octubre, festejamos el cumpleaños de mi abuela en casa de un tío en un pueblo bicicletero llamado San Nicolás Tlamincas. La casa de mi tío es grande y con mucho verde por todas partes. Tiene dos perrotes enormes y amistosos. Comimos carne asada en el jardín, junto con mis primos y sobrinos; mi tía Eli fue con su esposo y su beba, mi primita, la cual le lleva aprox nueve meses a Loana. Estaba también otra tía, una que hacía tanto que no veía que no la recordé, de hecho aún ahora no sé bien quien es. Esta tía iba con su marido, un güero grande de cara ancha. En un momento dado el tipo se puso a narrar la historia de una chica que se sentía mucho porque sus papás habían estudiado en Texas A&M, interrumpí para decir que en primer lugar no era un logro della, y en segundo lugar pues ni que fuera Cambridge, o la Sorbona, o la universidad de Boloña. El tipo respondió (aparentemente ofendido) que Texas A&M era una escuela prestigiosa, que no había porqué despreciarla, y en ese instante me di cuenta de que mi interlocutor tenía un acento extranjero, algo así como texano...

No me disulpé, salí corriendo a cambiarle un pañal a Loana, y cuando regresé intervine como si nada, recuperé terreno y el recientemente descubierto gringo y yo quedamos como cuates. Más tarde, llegó a sentarse con nosotros mi tío, el dueño del lugar. Y no sé por qué diablos salió la frase esa de que como México no hay dos (pero ninguno concluyó con el ya también clásico: "gracias a Dios"). Sí, gente muy cálida, muy amistosa, muy leal, y un territorio con todo, absolutamente de todo, etc. Luego, mi tío, no sé si porque de verdad lo crea o porque estaba intentando venderle México al gringo (aunque el esposo de mi tía ya lleva tiempo viviendo en el patio trasero de los EU), le dijo que en México los trabajadores son de lo más nobles, que no se ponen al brinco como los europeos, que no reclaman sus derechos, ni se les tenía que asegurar, "súper nobles, de verdad"... Total que para mis adentros yo pensaba en que se estaban haciéndo sinónimos noble y estúpido, o noble y sumiso, o noble e ingenuo, e ignorante. Porque eso es lo que se requiere para no reclamar sus derechos y dejarse pisotear.

Con esas oraciones entendí que mi tío tenía su propia visión irreductible y derechista, y que no tenía caso que lo corrigiera, excepto si lo que quería era dar inicio a algún debate vociferante y estéril, y no quería.

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