14 de octubre de 2010

Respetar el tiempo de los demás

En la categoría estrategia últimamente he escrito sobre algunas ideas (que no son mías) con respecto a temas de actualidad: para las drogas, razones para legalizarlas; para la corrupción, darle más valor a los que nos custodian y auditarlos frecuentemente; para los secuestros, microchips de geolocalización subsidiados para el grueso de la población; para minimizar la probabilidad de golpes de estado, hacer más cultas a nuestras fuerzas armadas, y entrenar a la población para defender a sus democracias. Con tales propuestas creo que se podría mejorar la situación de criminalidad y violencia que vivimos en nuestro bananero país. Claro, si fueran impulsadas desde las cúpulas del poder, lo que implica ya una contradicción, porque los poderosos tienen más interés (¿intereses?) en que México siga en el hoyo, ya que si no, se evidenciaría que no hay necesidad dellos.

Hoy escribiré sobre otra idea que seguramente mejoraría la situación laboral de muchas personas en México. Para esto me remonto a dos experiencias de la misma naturaleza pero desempeños diametralmente opuestos: en la empresa anterior tomé y di cursos en varias partes del continente. En el norte Estuve en Manchester NH, Dallas TX, Salt Lake City Utah, etc. Mientras que en el sur estuve en Bogotá y en Sao Paulo. Pues bien, el curso era el mismo, el material era igualito y los ejercicios no cambiaban para nada. Sin embargo cuando estuve en los EU pude conocer un poco los alrededores de donde me encontraba, mientras que cuando estuve en centro-sudamérica no pude ver prácticamente nada.

¿Por qué? Yo se lo atribuyo a lo siguiente: a) El curso empezaba a las nueve, en los EU los alumnos estaban ahí desde quince minutos antes, mientras que en LatAm la mayoría del grupo llegaba como a las nueve y media. b) Si había un coffe break de 10 minutos, en el norte se salían nueve minutos y al décimo estaban todos en sus lugares, pero en centro-sud américa se tomaban entre 20 y 30 minutos y todavía platicaban un ratito. c) Una hora de comida: respetada por los gringos, extendida a una y media por los latinos. d) Si al final del día faltaba algo por ver del temario, los norteamericanos lo dejaban para verlo al día siguiente, frescos, rápidamente y a primera hora, pero salían puntuales, mientras que los sudamericanos se quedaban hasta tarde, hasta terminar el temario del día, aunque ya por el cansancio no entendieran ni pío; con lo que salíamos a las siete u ocho, cuando debíamos haber concluido el día a las cinco y media.

Total, en gringolandia salía yo diariamente a pasear un par de horas después de los cursos, mientras que en latinlandia ya era tan tarde cuando acabábamos que lo mejor era irse a descansar al hotel. Yo vivo en México, que es parte de latinlandia, así que suelo ser impuntualón e indolente, pero en los esteits me adaptaba y llegaba a tiempo siempre, supongo que había más presión social... Concluyo que en el vecino país del norte se respeta mucho más el tiempo de los individuos, lo que les otorga mayor tiempo libre y les permite dedicarse a sus hobbies y otras actividades satisfactorias durante las tardes. Eso en los países del sur no se da, con el resultado de que todos terminamos exaustos al final del día, sin mayor vida que el trabajo y la tele, o la compu, o el poco tiempo que podemos dedicarle, y muchas veces ya de malas (o con dolor de cabeza), a nuestros seres queridos.

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