20 de octubre de 2010

En nueve días

En nueve días, el 29 a las diecinueve, Loana cumplirá un año de haber entrado al mundo saliendo de la panza de su mami. En doce meses ha crecido exponencialmente, de ser una changuita de 2.85 Kg fragilísima y sin movilidad se convirtió gradualmente en la hiperactiva traviesa y pícara tiranuela de 11.5Kg que es hoy en día. La amo, estoy agradecido con mi musa de que dijera que sí a Loana cuando se embarazó.

Recuerdo el periodo de gestación como algo muy turbulento, en el que mi amada quería que yo quisiera que ella tuviera a Loana, y como yo no podía querer por ella y se lo decía, entonces había gran resentimiento de su parte. Yo no le decía, sí, ten a nuestr@ hij@ por favor, sino que le decía que era su decisión, y que la apoyaba fuera cual fuera el camino que eligiera, que lo importante era que la amaba, y que quería estar con ella... Ella por supuesto, quería que yo quisiera estar también con la criatura, pero no sé, no podía, primero tenía que llegar, tenía que conocerla, enamorarme della, así como estoy ahora, y anticiparme me parecía como hacer promesas sobre el aire, mentir y ser hipócrita.

En retrospectiva creo que actué bien, creo de verdad que la decisión de tener hijos o no, corresponde a la parte que tiene mayores riesgos y la que padece más físicamente, es decir, a la parte femenina de una relación de pareja. Estaba siendo honesto con la persona a la que amo, y desde mi perspectiva eso está bien. Sin embargo, sé en este momento que podía dejarme responsabilizar parcialmente de la decisión de traer a nuestra beba solicitandole a mi amada que la tuviera, sin que yo perdiera nada, sin responsabilidades que de por sí no estuviera dispuesto a asumir, y hubiera reducido las tensiones y alivianado a mi amada.

En fin, ya va a ser un año, y Loana está hermosa y sonriente y alegre y berrinchuda y mamítica y en general me encanta el giro que dio mi existencia con ella en mi vida.

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