10 de octubre de 2010

Estética moribunda

¿Por qué se empezó a hablar de la muerte del arte?, ¿según quién murió el arte?, ¿qué implicaciones tiene esa muerte?, pues las respuestas están en el ensayo El problema de la definición general del arte, con el que Umberto Eco concluye la primera mitad de su libro: La definición del arte. Ahí, basándose en escritos de un tal Dino Formaggio (que además escribió 36 tesis sobre el mismo tema), estudioso de las ideas estéticas de Hegel principalmente, explica lo siguiente: al parecer Hegel fue de los primeros en hablar de "muerte" del arte, pero no en cuanto a final de la actividad creativa de la humanidad, sino como fin de la validez de las definiciones previas.

Por ejemplo, en la antiguedad y la edad media, el concepto "arte" se refería más a destreza que a hacer algo bello o arrobador. Un poco como en ese escrito chino antiquísimo titulado El arte de la guerra. En ese tiempo, un gran general desempeñaba su arte, igual que un alfarero, un luchador, un fabricante de espadas, si hacía bien lo que se suponía que debía producir con su oficio. Ahí sí que de mi arte a su arte... Luego, esa definición dejó de ser válida, o bueno, los sabios hombres de mundo renacentistas le añadieron otras propiedades, ya no sólo era un oficio bien hecho, sino que era algo que además debía tener cualidades estéticas que hicieran que quien viera la obra se quedara maravillado. Luego se relacionó la idea de un individuo genial al concepto de artisticidad, al tiempo que se dio un mayor peso a la belleza de lo creado, por encima de las demás cualidades, etc. En la era moderna, o más o menos a partir de Hegel, el concepto cambió y ya no fue necesario que una obra de arte fuera bella, pero sí que ocasionara algún tipo de reacción o emoción.

Y así, a lo largo de siglos se fue ajustando la definición, se le añadía, se le quitaba, pero seguía estando acotada a ciertas actividades, a ciertos desempeños virtuosísimos, a ciertas cualidades estéticas, etc. Hasta que en algún punto ya nada de eso importó, o bueno, sí y no, para los artistas seguramente seguía importando, aunque también seguramente ellos concebían a su público ideal mucho más culto y conocedor, pero desde el punto de vista filosófico el arte se hacía imposible de definir. ¿Cómo decirle "arte" a un montón de llantas usadas y caprichosamente apiladas en una sala de museo? Peor aún, ¿cómo ponerlo al lado de la Monalisa, de El pensador, del Quijote?, ¿qué características compartían? Al final, si la definición se volvía tan amplia como para abarcar cualquier obra humana, si se volvía un sinónimo de quehacer, si todo podía ser arte, ¿de qué servía?, Es entonces, si entendí bien, cuando Hegel dice que el arte murió.

Es un reto, un guante echado, un desafío para que alguien logre definir nuevamente al arte, con todas sus variedades y características, y sea de cualquier modo suficientemente acertado y específico y se distinga de todo lo que no es arte. Es como decir: "Esta idea de arte ya no funciona, ya se murió, la tarea de los próximos estudiosos dedicados a la rama filosófica de la estética es monumental, el redefinir correctamente. Y como se ha visto hasta ahora, pues sí, está cabrón.

No hay comentarios.: