Hace un par de noches, mi pequeña, mi beba adorada, mi princesita, me tiró de la cama... Sucedió que ahora ella se tarda mucho en dormir, y no hay modo de convencerla de que se duerma, porque incluso si la acostamos temprano se queda con los ojos abiertos por largo rato, y de repente intenta interactuar o conversar (es un decir, conversamos a niveles súper básicos); cuando finalmente se duerme la pasamos a su cuna, y yo creo que es por eso que intenta mantenerse despierta, para que no la pasemos a su lugar. También ha sucedido que la contrarío, y ya no me quiere cerca, empuja, se quita, se va a acurrucar con mamá, y no sólo me demuestra su desprecio, sino que de verdad lo siente.
La noche en cuestión, yo había antagonizado con ella, y ella me quería alejar, y para colmo, se había acostado de modo transversal y se negaba a acostarse a lo largo del lecho nupcial. Mi musa y yo decidimos no seguir luchando con ella, y nos acostamos como pudimos, fungiendo al mismo tiempo de barreras para que ni Lucas ni Loana se fueran a caer de la cama. Al poco rato de acostarnos me quedé profundamente dormido, perdí la conciencia hasta que de repente, oí que mi amada gritaba "cuidado" y saz, intempestivamente se me desapareció la cama de abajo, y me estrellé en el duro y frío piso de mármol. Qué raro, pensé, ni siquiera de chico me había caido nunca de la cama, y las veces que "me caí", más bien me estaba haciendo tarugo y aventando yo sólo para llamar la atención de mi mamá. Me paré, me dí cuenta de que me dolía la cadera, el hombro, un codo, y una rodilla, me fui por un vaso de agua todavía confundido-aturdido-entumido, y en eso oigo la vocesita de Loana dirigiéndose a su mamá: "A ti no te empujo mami".
Entonces supe que no me había caido de la cama, sino que Loana me había tirado, que en su enojo y su querer alejarme, me había empujado poco a poco hasta que yo había desaparecido del horizonte. Obvio, la intención original no era tirarme, pero ese fue el resultado. O sea, fue y no a propósito. Como sea después le dije que por empujarme me había tirado de la cama, y pareció indiferente aunque no lo ha vuelto a hacer.
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