15 de julio de 2012

Buscar mejores condiciones o quedarse a luchar

Cuando uso video-juegos, me sucede que al inicio suelo emplear uno de dos caminos o estrategias distintos(as) dependiendo muchas veces de como haya empezado la partida. En el primer caso, si las condiciones con que comienzo el juego son desfavorables, si no hay recursos, si mis probabilidades de triunfo son demasiado escasas para mis ambiciones, me salgo del juego (sí, huyo) y lo vuelvo a empezar.

Pero también hay veces en que veo todas las adversidades y me quedo, a sabiéndas de que hay un 90% de probabilidades de perder, y por lo general no me doy por vencido hasta que no se "muere" mi última unidad, aniquilan a mi último escuadrón, o se me acaban las vidas; es decir, hasta que sale un anuncio que me dice que la partida terminó, que ya no hay nada, absolutamente nada que hacer.

¿Cuál es la diferencia entre una y otra actitud? En mi caso suele ser el factor de competencia, o más bien, para ponerlo en términos más urbanos, depende de contra quién compita. Si voy contra la máquina quiero tener las más de las ventajas y si no se me dan, mejor vuelvo a empezar el juego hasta que las condiciones sean las adecuadas; pero, si mis contrincantes son humanos me aguanto, el azar nos hizo a todos tener inicios distintos (o anteriores) y habilidades mayores o menores, con lo que sería cobarde si, ya que todos (por ejemplo; jugando a cartas) hubieran recibido y acomodado sus naipes, me diera cuenta de que mi juego está pésimo y pidiera la repetición de esa mano sin mayor sustento que "me salieron malas cartas".

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