13 de julio de 2012

El manual de Loana

En la puerta de la habitación conyugal, por dentro, tenemos pegadas un par de hojas de papel que redactó e imprimió mi musa hace poco más de dos años. En el título se lee: "Manual de Loana", y tiene fotos de nuestra pequeña y luego una lista de acciones según la situación que se presente; por ejemplo: si llora revisar que no tenga el pañal mojado, ver si no le duele nada, comprobar si no tiene hambre, etc. O también: a tal hora le toca la Ferranina (hierro) y a tal otra hora alguna otra medicina; y algunas otras recomendaciones como rodearla de almohadas si la dejan en la cama, y tratar de no dejarla sola, y no dejarla cerca de objetos pequeños para que no se los meta a la boca, etc.

La elaboración de ese manual fue porque ya sea mi mamá, o alguna cuñada, o incluso hasta una de nuestras sobrinas, venían a cuidar a la niña y queríamos que lo hicieran según un estándar (revisar cada x minutos que no tenga el pañal sucio, o anotar la hora de su comida para tener lista la siguiente en dos horas, etc). Seguro que a nuestras providenciales cuidadoras les llamó la atención o les dio curiosidad el documento, pero dudo que lo hayan leído de principio a fin... Es más, seguramente ni lo leyeron, pero la intención era buena. Es más, si viviéramos en un país con un índice de lectura un poquito mayor probablemente nuestro manualito hubiera sido leído y obedecido; pero en esta nuestra realidad estoy seguro de que quienes viniéron a cuidar a nuestra cría preferían la tradición oral, es decir que les explicáramos lo que tenían que hacer...

Guajirada: en una realidad Parecon la sociedad estaría acostumbrada a elaborar y leer manuales para todas las áreas de la vida.

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