24 de julio de 2012

Cuando las estrategias sobran

Recuerdo que cuando estaba en la secundaria/preparatoria/universidad, no lograba prácticamente ningún avance con las chicas que me gustaban. Al principio era obvio, yo era un puberto sin esperanzas frente a mujeres hechas y derechas, pero más tarde cuando ya era un adolescente medianamente agradable tampoco lo conseguía, y más adelante, cuando ya iba a la universidad y era un joven adulto, pues tampoco...

O bueno, no es cierto, hubo un par de ocasiones en que me ligué a la chica, y fueron relaciones medianas, de dos o tres años; después de las cuales me iba peor que antes porque no sólo estaba por completo fuera de práctica, sino que ya había yo acumulado algunos kilos de más, y encima estaba deprimido.

Creo que esto les pasa a la gran mayoría de los adolescentes/jóvenes adultos, excepto si tienen un carácter muy atrevido y/o son hermosos y todas las chicas mueren por ellos. Digo, en retrospectiva también puedo ver que las chicas con las que anduve, las de las relaciones a largo plazo, fue más porque yo les gustaba a ellas y tomaron cartas en el asunto (la iniciativa) que porque yo me viera extremadamente habilidoso.

Recuerdo también que en mi mente me ponía a planificar mi estrategia, sí, mi estrategia, soñaba desde la entrada en escena, el desenlace, la besuqueada y demás, hasta la salida por el balcón repitiendo "te amo" hasta la nausea. Nota, la estrategia siempre, SIEMPRE fallaba desde el principio, y si yo intentaba continuar con ella después del primer chasco, acababa hasta enemistado con la pretendida. Tengo en la mente hasta una ocasión, en la que fui a la feria de Aguascalientes, y en el casino, en una mesa de ruleta, vi a un chica hermosísima, y me puse a planear mi estrategia de aproximación por las siguientes dos horas... aunque en realidad la hora y cuarenta y cinco minutos después de que ella se fue de ahí ya no estaba planeando, sólo fantaseando. Pero ese es un cliché, un lugar común, el looser nerd al que no le va bien con las mujeres. En realidad nadie es 100% como el modelo, porque los modelos son un conjunto apelmazado de características específicas.

Al final de un largo camino de, seamos optimistas, 60% de fracasos miserables, 20% de veces en que más que yo ligar, fui el ligado, y un 20% de ocasiones en que me salí con la mía, me di cuenta de que (al menos en este tema) los planes siempre sobran. Por eso fue que cuando un 30 de diciembre fui al encuentro de la que hoy es mi musa y la mamá de mis pequeños, no pensé en nada, no me preparé, no hice planes, no busqué anticiparme. Me costó 30 años, pero llegué, fui yo mismo, compartí lo que me gustaba, me interesé por lo que le gustaba, nos dimos, nos compartimos, conversamos de todo, como viejos amigos que se reencuentran para hablar del pasado, pero sabiendo que nunca habíamos hablado de eso antes entre nosotros. ¿Estrategia?, ¿planes?, tal vez sirvan después del momento decisivo, después de la decisión conjunta, después del si interior, pero no antes, nunca si no sabes si la otra..., nunca para conquistar o seducir.

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