20 de julio de 2012

Enfermos secuenciales

El domingo de la semana pasada fuimos a comer con mis papás a un restaurante italiano, escogido específicamente para Loana, porque mi pequeña es muy quisquillosa y cuando salimos, suele comer ya sea pasta, o pechuga empanizada, o a veces arroz, y párenle de contar... O no, también come lechuga, y si hubiera galletas y chocolate, seguro que también se las comería; la cosa es que según nosotros con la elección italiana íbamos a la segura. En fin, la cosa es que llegamos y le pedimos de inmediato unos spaghetti al burro, y cuando se los sirvieron a mi pequeña no quiso ni tocarlos, le ofrecimos otras cosas, pizza, risotto, pan, y en un momento dado hasta pastel de chocolate, pero nel, no quiso nada...

Así que la dejamos hacer lo que su sacrosanta voluntad quiso, no íbamos a ponernos a pelear para forzarla a comer, pues hásenos dicho que esa es una mala práctica más propia de mis abuelos que de estos tiempos pedagógicamente correctos. Más tarde, en casa de mis suegros mi musa le tocó los brazos y la frente, y la sintió caliente, y en efecto tenía 38 de temperatura, y estaba toda apagadita y desganada. Le hablamos al pediatra y nos dijo que le diéramos tempra (paracetamol) y la llevamos a casa a dormir, al día siguiente fuimos a que la revisara y en efecto, infección y antibiótico.

A una semana de distancia sucedió lo mismo con Lucas, excepto que a él le dio desde el viernes en la noche y la temperatura no pasó de los 37.5 pero el sábado el pediatra no fue a su consultorio por lo que hasta el lunes pudimos verlo. Excepto que para el domingo en la noche ya también yo estaba igual... Cuerpo cortado, mocos escurriéndoseme, garganta ardiendo cada que tragaba saliva o lo que fuera, y ganas de echarme a descansar una semana, excepto que al día siguiente era lunes, y además había que preparar a los niños para dormir. Ahora tanto Lucas como yo ya estamos tomando antibiótico; sólo espero que no volvamos a contagiar a Loana, o a mi amada, porque esto se volvería un círculo vicioso y de nunca acabar...

No hay comentarios.: