En cuarto lugar, podemos ser más fácilmente engañados por nuestras emociones de lo que podemos serlo por nuestras sensaciones internas. Podemos creer que estamos enamorados cuando no lo estamos, o creer que no lo estamos cuando sí lo estamos. Podemos creernos enojados, cuando de hecho nos sentimos culpables. Podemos estar confundidos respecto de la pena y la verguenza, o respecto de la envidia y los celos. Sin embargo, no hacemos errores parecidos respecto de nuestras sensaciones internas. Cuando nos sentimos hambrientos o enfermos o adoloridos, lo sabemos. Podríamos necesitar aprender el nombre de una sensación, pero rara vez la confundimos con algo distinto.
Por esas razones, sacadas del libro Las pasiones de Robert Solomon: Las emociones y el sentido de la vida (Solomon 1993:96-102), las emociones son más que sólo sentimientos. Las emociones no son sólo sensaciones mentales. No podemos indentificar nuestras emociones simplemente estando en contacto con nuestros sentimientos.
Sin embargo, estar en contacto con nuestros sentimientos es importante. El aspecto consciente, experimental, sentido y afectivo de las emociones es un aspecto importante. Podemos aislarnos ante el aspecto sentido de las emociones, igual que podemos aislarnos ante las sensaciones físicas. La gente que trabaja con sus manos ya no nota mellas y raspones que molestarían a un oficinista. La gente que trabaja con platos calientes ya no nota quemaduras leves que podrían molestar incluso a un trabajador manual. La gente que está crónicamente mal alimentada llega a no notar las punzadas del hambre que harían correr a los mejor alimentados al refrigerador. Del mismo modo, la gente puede insensibilizarse, por sus circunstancias, a los sentimientos de ansiedad o culpa. Sin embargo podrían estar aún ansiosos o sentirse culpables debido a que su vida mental contiene otros aspectos de esas emociones. Similarmente, la gente puede insensibilizarse a sentimientos de alegría o entusiasmo. A pesar de que las emociones son más que sólo experiencias sentidas, sigue siendo importante para la gente el aprender nuevamente cómo experimentar esos sentimientos.
La intensidad de las experiencias sentidas puede ser inapropiada. Imaginemos a alguien que experimente sentimientos de pesar y tristeza por varios días tras haber dejado caer una moneda pequeña por una coladera. La intensidad de sus sentimientos está fuera de cualquier proporción con respecto al incidente. Imaginemos a alguien más que no sienta nada, no sienta pesar o tristeza para nada, al terminar una relación. La carencia de cualquier intensidad de su sentimiento es inadecuada a su pérdida.
28 de julio de 2012
Una guia para los sin Dios: C8-Emociones (6 de 11)
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