Hace poco vi dos películas para adultos... No, errr, es decir, películas que no son complacientes hacia el espectador, de las que no terminan bien, o bueno, no bien para el personaje principal que es al que te la pasas siguiendo y viendo. Es divertido, al menos para mí, que tenga que aclarar esto porque por lo general cuando uno dice película para adultos lo que viene a la mente es un filme con contenido sexual explícito, es decir películas desde eróticas hasta porno.
No, en mi caso estoy hablando de una película que te trata como a un adulto, una a la que no le importan casi nada tus sentimientos y por lo tanto no forzan un final agradable o alegre, y obvio que se esfuerzan en no hacerla tan cruda, poetízan algunos momentos, tratan de darle un sentido al desenlace, y no sales de verlas con una sonrisa ni nada por el estilo, son pelis que te dejan hasta cierto punto sombrío y reflexivo; pero por eso mismo son excelentes.
Creo que el cine gringo está llegando poco a poco al punto en el que se había quedado la tragedia griega; con dos mil quinientos años de retraso pero ahí va. Eso sí, todavía no se acercan ni tantito a Shakespeare, ni siquiera cuando hacen adaptaciones de sus obras, les falta mucho mucho, pero quizá eso se deba a que el arte escénico tenga más que ver con la sociedad en la que se gesta que con las propuestas de vanguardia de los artistas. Y quién sabe cómo les habrá ido taquilleramente hablando, a las películas que recientemente vi. No creo que bien, porque por lo general los que asisten al cine en estos días están ávidos de efectos especiales, emociones fuertes pero controladas, y finales felices y sonrientes y tralalá lalá...
La primera se llama The Grey, es con Liam Neeson y trata de unos trabajadores en el ártico (tal vez al servicio de alguna compañía petrolera) a los que se les estrella el avión en que regresaban a la civilización y sólo sobreviven siete de ellos únicamente para encontrarse con que cayeron en el territorio de una manada de lobos que empieza a cazarlos y a matarlos uno a uno. Digo, para ser justos con los caninos no a todos los personajes humanos se los echan los lobos, hay uno que se muere por el clima y la altura, otro que se muere de una caída de un árbol, etc. Al final sólo queda Liam, empapado y con frío, y se percata que mientras se adentraba en el bosque huyendo de los feroces animales y en busca de la civilización, irónicamente se fue a meter directo a la madriguera de los lobos. Entonces se arma de valor, se amarra su cuchillo a la mano, y unos vidrios rotos a la otra, y se avienta contra el macho alfa... antes del choque entre las dos fieras cortan la escena y se acaba la película.
La segunda se llama The Hunter, es con Willem Dafoe, sobre un cazador al que mandan a conseguir muestras genéticas del último tigre de Tasmania (a matarlo y descuartizarlo y meterlo en tubitos de ensayo), la coartada es que va de parte de una universidad a estudiar a otra especie. Dafoe llega a casa de otro profesor universitario (aunque ese sí auténtico), desaparecido un año antes, y alterna el tiempo entre la convivencia con los hijos (una niña y un niño que no habla) y la esposa del profesor desaparecido, y poner trampas explorando un territorio vastísimo sin ningún éxito. Eventualmente, gracias al niño más pequeño de su predecesor, encuentra al tigre pero no logra cazarlo, mientras tanto los que lo contrataron se impacientan y mandan a otro cazador el cual captura a Dafoe e intenta obligarlo a que lo guíe hasta la guarida del tigre, no me queda claro si ese otro personaje prendió fuego a la casa de la familia con la que para entonces ya se había encariñado Dafoe o si de verdad es un accidente, la cosa es que para cuando Willem Dafoe mata a su captor y regresa al pueblo, ya murieron en el incendio la esposa del profesor y su hija. Queda el niño más pequeño. Entonces sucede que nuestro cazador regresa al monte y caza por fin a su presa, destruye el material genético cocinando al tigre de Tasmania, y se va de ahí no sin antes avisarle a los que lo habían contratado que ya no existe lo que ellos querían, que ahora sí ya de verdad se extinguió. Al final Willem Dafoe va a recoger al niño, el cual al verlo corre a abrazarlo.
Digo, en el primer caso, es obvio, a menos que Liam Neeson fuera también superman o algo por el estilo, que el hombre no sobrevivirá mucho ante los lobos. En el segundo caso, no sólo se mueren una mujer y una niña hermosas, sino que se extingue una especie bellísima para nunca más volver a caminar sobre la faz de la tierra; al final el premio de consolación de ver al niño que corre a abrazar al cazador sabe demasiado amargo como para que uno se alegre.
Dije en el primer párrafo películas para adultos. Sí. No estoy diciendo que todas las pelis deberían ser así. Sólo que qué bueno que hay opción, y que si un día ando de humor infantil me pueda meter a ver... qué se yo, los Avengers, pero si otro día tengo ganas de que me sacudan crudamente y me hagan reflexionar pueda ver la de The Hunter, o similares.
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