Tras la sesión con el despreciable taxista mercader de lástima del otro día, D y yo nos preguntamos, además de las razones prácticas (unos cuantos pesos más), ¿qué motiva al desgraciado ese a manipular a sus pasajeros de tal modo? ¿Cuáles serán sus reacciones ante los que no le dan nada, o si pensará que quien le da es un alma generosa o un pendejo más al que se chingó?
Las conclusiones finales y prácticas a que llegamos fueron: a) nadie es digno de nuestra confianza por su pura palabra, b) no daremos ni un quinto extra a ningún taxista por ningún motivo, c) exigiremos el cambio completo independientemente del teatrito que armen, d) si detectamos algún intento de manipulación para conseguir más dinero anotaremos las placas y denunciaremos al conductor.
También se nos ocurrió inventarnos una historia aún más trágica (por difícil que parezca) para después pedirle que no sea malo, que tenga corazón, que ya que estamos en las mismas nos entienda y no nos cobre ese pasaje. Pero al fin y al cabo llegaría un momento en que sería casi risible: responder a "me violaron a mi mamacita e hija" con "a las mías además de violármelas las mataron y se las dieron de comer a los cerdos" no es verosímil. Otra estrategia es platicarle que exactamente la historia que nos narra ha sido denunciada desde hace años en internet como fraudulenta y requementarle la madre por abusivo y vividor (y si resultara que las desgracias narradas eran ciertas, pues igual, pa qué anda ahí chillándole al pasajero).
Se nota pues, que el infeliz defraudador de ingenuos nos movió el tapete. Nos hizo sentir asco y preguntarnos qué clase de ser "humano" es ese, nos hizo desconfiar de todo y suspendimos la cooperación incluso entre nosotros por algunos días. Que no me lo vuelva a encontrar.
1 comentario:
Yo por eso cada que me subo aun taxi les pido que guarden silencio y apaguen el radio (dice la leyenda urbana que ahi traen un contacto para alterar el taximetro)y con eso basta, asi me olvido de conflictos morales.
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