15 de mayo de 2008

Parecon y la educación (5 de 9)

Otro 20 por ciento es canalizado para contar con tener influencia sobre sus propias vidas y las de otras personas, para tener confianza, para tener un monopolio de varias habilidades y perspectivas, entre otras cosas. Los altos riscos de la élite estudian en las mayores "universidades finas" de la sociedad como Harvard y Oxford cómo cenar los unos con los otros y cómo comportarse deacuerdo a su encumbrado lugar.

El punto es simple. Si una sociedad requiere que su población tenga tres amplios patrones de esperanzas, expectativas y capacidades, su sistema educativo proveerá precisamente dichos resultados diferenciados. En este contexto de canalización, cualquier esfuerzo por ver a la educación desde la perspectiva de cada individuo desarrollando al máximo sus potenciales y persiguiendo sus intereses será ya sea mera retórica o estará limitada por presuposiciones de que la mayoría de las personas no tiene potenciales ni intereses serios, o intentará alcanzar mejores resultados educativos en contra de las necesidades de la economía. En efecto, esas son precisamente las actitudes respecto a la educación que vemos en nuestras sociedades.

Acerca de la mayor parte del público, como el gran satirista H. L. Mencken resumió, "La meta de la educación pública no es esparcir la iluminación para nada; es simplemente reducir a tantos individuos como sea posible al mismo nivel seguro, es criar y entrenar a una ciudadanía estandarizada, es acabar con la disidencia y la originalidad. Esa es su meta en los Estados Unidos, independientemente de las pretensiones de los políticos, pedagogos y otros saltimbanquis por el estilo, y esa es su meta en cualquier otro lado."

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