24 de mayo de 2008

Parecon y la educación (6 de 9)

¿Existen alternativas? ¿Acaso las jeraquías de la sociedad siempre serán puestas por encima de la pedagogía que apunta al desarrollo de los potenciales y aspiraciones de cada alumno? ¿Llegarán beneficios significativos para los estudiantes sólo como resultado de luchas contra dictados sistémicos, para tan sólo persistir mientras son defendidos fielmente, siendo periódicamente eliminados por presiones económicas cada vez que disminuye la atención?

Cuando la Comisión Carnegie de Educación consideró el estado de la educación en los E.U. como una parte del esfuerzo gubernamental para entender qué había "salido mal" en los 1960s, decidió que el problema fue demasiada educación. La población, reportaba la Comisión, contaba con tener demasiada influencia en la sociedad, demasiados ingresos, demasiada realización laboral, demasiada dignidad y respeto --y al alistarse para entrar en la economía muchos miembros de la población vieron sus expectativas destruidas y el resultado fue que se rebelaron. La solución, informaba la Comisión, era reducir la tendencia de la educación a inducir altas esperanzas en una porción demasiado grande de la sociedad. Era necesario recortar la educación superior y hacer más rutinaria y mecánica la educación media y básica --excepto para aquellos destinados a reinar, claro está.

Si vemos a la educación desde la perspectiva de la persona que será educada, los lectores de este libro podrían tener diferencias o preguntas abiertas acerca de las metodologías exactas, lo que es probablemente muy apropiado como improbable que haya alguna perspectiva óptima universalmente, pero sospecho que estaremos todos deacuerdo en ciertos propósitos generales.

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