18 de mayo de 2008

Mercader de lástima

Ayer en un taxi al que nos subimos D y yo, el taxista se puso a hablarnos de sus innumerables desgracias y nos malviajó muchísimo, tanto que me disponía a escribir aquí dél. Pero más tarde, ya a punto de empezar a bloggear, recordé un post de plaqueta del cual no tenía fresco el contenido, lo busqué y tras leerlo nuevamente mocos: nos levantó el mismo infame taxista del que ella habla, la historia es idéntica. Un terrible cáncer le quitó a su esposa hace un mes. Tras ser víctimas de violación por parte de unos "compadres" a los que el taxista estaba busSS-cando, acababa de sacar del hospital a su mamá sin piernas mientras su hija seguía internada (y él, pobre, sin dinero para sacarla). Para colmo en una hora le iban a quitar el taxi porque llevaba cuatro días de retraso en el pago de su cuenta...

Esto quiere decir que al menos desde que plaqueta se subió a su taxi en noviembre del 2007 ese individuo no ha cambiado de choro y le ha resultado tan efectivo que se permite recitárselo con voz temblorosa a todos sus pasajeros. En mi caso le entregué un billete de 20 sin pedir cambio cuando el taxímetro marcaba quince pesos. Pero seguramente los habrá que le suelten ahí un billete de cien o doscientos, o (sueño guajiro del taxista) hasta mil pesitos, para que se ayude el "pobre hombre".

Tristemente, es ese tipo de cerdos oportunistas el que nos vuelve insensibles e incrédulos ante quienes de verdad sufren.

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