21 de julio de 2011

Cambios derivados de la paternidad

Hace dos años y medio, aprox, mi compañera y yo nos enteramos que venía en camino Loana. Bueno, no sabíamos ni cómo se llamaría, no teníamos idea de nada, y obvio, la noticia fue entre sorpresa y no, además de que estábamos pasando por un momento turbulento como el que todas las parejas deben pasar para conocerse mejor. Mi postura era la siguiente (y sigue siendo más o menos así, sólo que algo ha cambiado): 1-Como quien más arriesga y pone de sí en el embarazo es la mujer, ella era la que tenía la mayoría de las acciones por decirlo de algún modo, y por lo tanto era la que debía de tomar La Decisión. 2-Puesto que era su riesgo y su decisión, yo no tenía ningún derecho a influir o presionar hacia ninguna dirección en particular, y mucho menos hacia la opción del mayor riesgo. 3-Lo que a mí me correspondía, como pareja y amante (de amarla, no de solo sexear) era apoyarla en la decisión que ella tomara, si decidía seguir adelante con el embarazo yo estaría a su lado, y si quería interrumpirlo yo estaría a su lado, pero yo creía que era mejor mantenerme neutral.

Ahora, después de la experiencia con Loana, después de que nació, y que la cargué, y que la cambié, y vestí, y la oí reir, y después de observar muchas veces cómo entiende cosas nuevas, y cómo las aplica, como aprende, como va adquiriendo un cada vez mayor sentido del humor. Ahora, mi posición es la siguiente: La Decisión sigue siendo totalmente de la mujer, pero su pareja puede expresar con confianza su deseo de que venga un nuevo miembro a la familia, y decirle a su chica que le encantaría que ella tomara esa decisión. Es decir, sigue siendo ella la que finalmente decidirá, pero lo hará con la confianza de que su novio/esposo/pareja lo quiere, y eso cambia bastantito las cosas. Si pudiera regresar en el tiempo, por lo tanto, le diría eufórico a mi musa que tuviera al bebé, que yo quería, que qué bueno, que qué bonito, que qué felicidad, y que qué fortuna más grande, y que sí, que yo quería, es más, que yo amaba a ese embrión desde ya. Y eso es lo que le digo ahora con el próximo bebé, que será bienvenido y amado, y que estoy ansioso por conocerlo y cuidarlo y cargarlo y apapacharlo y etcétera.

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