19 de julio de 2011

Como meditar (2 de 6)

Para principiantes, siempre recomiendo una técnica llamada vipassana (Pali: "intuición"), que viene de la tradición más antigua del budismo, la Therevada. La ventaja de la vipassana es que puede enseñarse de un modo totalmente laico. Los expertos de esta práctica adquieren generalmente su habilidad en un contexto budista, por supuesto -- y la mayoría de los retiros en los E.U. y Europa siguen enseñando la filosofía budista que se le asocia. Sin embargo, el método de introspección puede conseguirse dentro de cualquier contexto laico o científico sin verguenza. Lo cual no puede decirse de la mayoría de las otras formas de instrucción "espiritual".

La cualidad de la mente cultivada en la vipassana es normalmente llamada "Sati" (la palabra es Pali y se traduce aproximadamente "conciencia"), y hay literatura (que crece rápidamente) sobre sus beneficios psicológicos. El "Sati" es simplemente un estado de atención abierta, sin prejuicios y no discursiva, hacia los contenidos de la conciencia, ya sea placentera o desagradable. Cultivar esa cualidad de la mente, se ha demostrado: modula el dolor, mitiga la ansiedad y la depresión, mejora la función cognitiva, e incluso produce cambios en la densidad de la materia gris en regiones del cerebro relacionadas con el aprendizaje y la memoria, así como con la regulación emocional y el conocimiento de uno mismo.

Programas de "Reducción de Estrés Basados en Sati" (REBS), iniciados por Jon Kabat-Zinn, han llevado esta práctica a los hospitales y otros ambientes clínicos. La Inner Kids Foundation (donde mi esposa, Annaka, es voluntaria) enseña "Sati" en escuelas. Incluso el Departamento de Defensa ha empezado a experimentar con esta forma de meditación.

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