23 de julio de 2011

Soñándome perdido

Creo que los sueños son algo común a todas las personas. De hecho, creo que las experiencias soñadas son limitadas y que en realidad no hay gran creatividad ni situaciones inauditas en cuanto a las narrativas, aunque los entorno o escenarios sí puedan ser muy variados. Yo casi no recuerdo mis sueños, pero cuando se me da, al despertar los reviso, los analizo, no como un psicólogo o analista, sino como cineasta amateur frustrado. Por ejemplo, hace unos años soñé que mi musa se subía a un coche en el que nos íbamos a ir juntos y arrancaba, yo pedía un taxi para alcanzarla, la veía bajarse en un lugar y yo también me bajaba, era una especie de fábrica, entraba, seguía buscándola por todos lados hasta que en un momento dado estaba yo en un salón de clases mientras exponían algo en el pizarrón, y de lo absurdo me desperté. Recuerdo que me quedé con una sensación de frustración horrible por no haberla alcanzado, por haberla de algún modo perdido.

De mi análisis de ese sueño se desprendieron varias conclusiones: 1. era una serie de escenas distintas pero conectadas entre sí (de la calle al taxi, del taxi a la entrada de un lugar, de la entrada a unos interiores industriales, de los interiores al salón de clases, etc), 2. No había diálogos ni interacciones con otros actores (a mi amada la veía desde lejos, me subía al taxi pero no tenía que decirle nada y acto seguido ya estaba en la persecución, etc) y 3. Había un sentimiento o necesidad permanente de alcanzar a mi musa; nunca me decía a mí mismo que tenía que alcanzarla, no era un pensamiento consciente, era una sensación que englobaba todo el sueño.

Pues bien, anoche soñé que me perdía. En algún punto regresando del trabajo con dirección a la guardería de Loana, desaparecía de mi memoria el camino a tomar, entonces me salía de la vía rápida en el punto que según yo tenía que salir, daba un par de vueltas y me encontraba en un pueblo bicicletero tipo Papalotla o San Juan Tezontla, dejaba el coche delante de una camioneta y detrás de una pila de escombros o material de construcción, y me iba caminando sin saber bien hacia donde, pero consciente, o más bien con la sensación de estar perdido. Tras un par de escenas de caminar en terracería decidía regresar sobre mis pasos, para subirme al coche y volver al camino a buscar mi ruta, mientras tanto intenté recordar nuevamente cómo llegar a la guardería de mi beba, y supongo que el esfuerzo mental me despertó. Sentí alivio por estar ahí acostado al lado de mi musa y mi musita.

En este caso fue igual, una sucesión de escenas relacionadas (caminos), englobadas por la sensación de estar perdido, de no poder recordar mi camino, y al mismo tiempo la necesidad de ir a recoger a mi beba y traerla a casa. De algún modo creo (aunque no lo sé de cierto) que así debe sentir alguien con alzheimer: que no puede recordar una parte importante de la información que necesita, situación aterradora. Después del sueño fui al baño, y ahí repasé mentalmente las rutas y los caminos que hago hacia el trabajo y de regreso, lo recordaba todo perfectamente.

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